Wall Street lo apostó hoy todo al azul demócrata de Hillary Clinton.
Los ganancias regresaron tras días de pérdidas en el parqué neoyorquino en la primera sesión bursátil después de que el FBI decidiera no procesar a Clinton tras revisar nuevos correos electrónicos en la computadora de una de sus asistentes.
El anuncio del FBI llegó justo antes de las elecciones presidenciales de este martes, en las que según las últimas encuestas, Clinton tiene entre 3 y 4 puntos de ventaja frente a su rival republicano, Donald Trump, que no consigue superar su techo de voto del 43 %.
Los inversores prefieren a la experimentada Clinton para colmar de calma y estabilidad a los mercados y repudian a su rival, populista, errático, y fuente de incertidumbres y volatilidad para las plazas financieras.
Por todo ello es que suena a violines afinados a Wall Street el que la amenaza del procesamiento a la candidata se haya disipado y que las encuestas vuelvan a ver con claridad una victoria para la demócrata.
Decir que dan por hecho una victoria en el parqué neoyorquino seguramente sea adjudicarle un optimismo a los inversores bastante inmerecido.
Algunos analistas apuntaban que precisamente tras las ganancias estaría la voluntad de construir un “colchón” por si todo se derrumba.
Entre ellos incluso había quien aseguraba que hoy en Wall Street “olía” a “Brexit”.
Y es que el temor de que lo inesperado ocurra, tal y como pasó en Reino Unido con el tema de su salida de la Unión Europea y, semanas más tarde, en Colombia con el proceso de paz con las Farc, no desaparecerá de la mente de los operadores hasta que se cierren las urnas y EE.UU. saque pecho sobre lo que sería la elección de su primera presidenta.
Los ganancias regresaron tras días de pérdidas en el parqué neoyorquino en la primera sesión bursátil después de que el FBI decidiera no procesar a Clinton tras revisar nuevos correos electrónicos en la computadora de una de sus asistentes.
El anuncio del FBI llegó justo antes de las elecciones presidenciales de este martes, en las que según las últimas encuestas, Clinton tiene entre 3 y 4 puntos de ventaja frente a su rival republicano, Donald Trump, que no consigue superar su techo de voto del 43 %.
Los inversores prefieren a la experimentada Clinton para colmar de calma y estabilidad a los mercados y repudian a su rival, populista, errático, y fuente de incertidumbres y volatilidad para las plazas financieras.
Por todo ello es que suena a violines afinados a Wall Street el que la amenaza del procesamiento a la candidata se haya disipado y que las encuestas vuelvan a ver con claridad una victoria para la demócrata.
Decir que dan por hecho una victoria en el parqué neoyorquino seguramente sea adjudicarle un optimismo a los inversores bastante inmerecido.
Algunos analistas apuntaban que precisamente tras las ganancias estaría la voluntad de construir un “colchón” por si todo se derrumba.
Entre ellos incluso había quien aseguraba que hoy en Wall Street “olía” a “Brexit”.
Y es que el temor de que lo inesperado ocurra, tal y como pasó en Reino Unido con el tema de su salida de la Unión Europea y, semanas más tarde, en Colombia con el proceso de paz con las Farc, no desaparecerá de la mente de los operadores hasta que se cierren las urnas y EE.UU. saque pecho sobre lo que sería la elección de su primera presidenta.
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