Centenares de objetos salen de Polonia con motivo de la primera exposición itinerante internacional dedicada al campo de concentración ...
Centenares de objetos salen de Polonia con motivo de la primera exposición itinerante internacional dedicada al campo de concentración y exterminio de Auschwitz, que empieza en Madrid.
Los objetos traídos a la capital española son de lo más variado: cartas lanzadas desde los trenes, un vagón del mismo modelo que aquellos que transportaron a los deportados, un trozo de la verja eléctrica del campo... pero también dibujos de prisioneros conservados en una botella oculta en Auschwitz, o los zapatos de un niño.
La exposición "Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos" abre sus puertas este viernes en Madrid, donde estará hasta el 17 de junio. A partir de ahí viajará por más de diez ciudades de Europa, América, Asia y Oceanía, aunque la lista todavía no se ha comunicado.
Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de concentración, trabajo forzado y exterminio construido por la Alemania nazi en la Polonia ocupada, fue liberado hace 72 años. En él murieron 1,1 millones de personas entre 1940 y 1945, en su inmensa mayoría judíos.
El año pasado recibió dos millones de personas. Sin embargo, no todo el mundo puede hacer el viaje, y los supervivientes están desapareciendo por su avanzada edad.
"Es muy importante que Auschwitz salga al mundo", dijo a la AFP Luis Ferreiro, director del proyecto y dirigente de la sociedad española Musealia, que ha ideado la exposición con un equipo de expertos encabezado por el historiador holandés Robert Jan van Pelt.
"Esta es la primera vez en la historia que una colección importante de objetos originales salen del museo estatal de Auschwitz-Birkenau, que salen de Polonia, para una exposición itinerante", añadió Ferreiro. Además, "la mayoría de los objetos que se exponen aquí nunca antes han sido mostrados al público".
Algunos de los objetos fueron aportados por otras instituciones y coleccionistas privados de diferentes países.
La exposición, documentada y didáctica, da cuenta entre otras cosas del proceso de selección de las víctimas. El médico nazi Joseph Mengele asistía a la llegada de los trenes para "buscar gemelos", con los que llevar a cabo sus macabros experimentos, según uno de los textos de la exposición.
Como prueba, hay una mesa de operaciones, aunque "a ciencia cierta no se puede decir que es la que utilizó Mengele", apunta Luis Ferreiro.
- ¿Cómo mostrar las cámaras de gas? -
"Cada cosa, cada detalle, ha generado un debate: cómo exponerlo", explica Fernando Arlandis, coordinador de exposiciones en el Centro Arte Canal de Madrid, que acoge la primera etapa de esta exposición itinerante.
"Se puede recrear una cámara de gas, entrar adentro como un juego -'estoy en una cámara de gas-, pero aquí no se ha querido hacer esto, queríamos enseñar las pruebas físicas de lo que ocurrió", añade. De esta manera, nadie podrá banalizar la cuestión haciéndose un selfi...
Lo que se muestra por ejemplo es una máscara de gas, junto a un bote de Zyklon B, el pesticida a base de cianuro utilizado en las cámaras.
En la pared se pueden leer igualmente frases del comandante de las SS de Auschwitz, Rudolf Höss.
En 1946 éste dijo: "Observé las muertes del barracón II protegido con una máscara de gas. En realidad la primera ejecución con gas no me marcó demasiado".
Los dibujos del prisionero polaco Jan Komski (1915-2002) ilustran las cremaciones de los cuerpos y las humillaciones cotidianas. En uno de ellos se ve a un "kapo" subido a un carro, movido por unos prisioneros a los que azota para que sigan avanzando.
En otra sala puede verse uno de los barracones de madera donde se hacinaban los prisioneros.
En total, un millón de judíos fueron exterminados en Auschwitz a partir de 1940.
También murieron allí polacos no judíos, gitanos, prisioneros de guerra soviéticos, homosexuales y personas de otras nacionalidades, consideradas como "elementos indeseables" por el Tercer Reich de Adolf Hitler.
Piotr M. A. Cywinski, historiador polaco que dirige que el museo estatal de Auschwitz, dice que ahora "se siente una presencia creciente del racismo, el antisemitismo y la xenofobia".
Por ello, cree que la exposición, gratuita para todos los alumnos de centros educativos españoles, "puede desempeñar un papel esencial" en este momento.
Los objetos traídos a la capital española son de lo más variado: cartas lanzadas desde los trenes, un vagón del mismo modelo que aquellos que transportaron a los deportados, un trozo de la verja eléctrica del campo... pero también dibujos de prisioneros conservados en una botella oculta en Auschwitz, o los zapatos de un niño.
La exposición "Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos" abre sus puertas este viernes en Madrid, donde estará hasta el 17 de junio. A partir de ahí viajará por más de diez ciudades de Europa, América, Asia y Oceanía, aunque la lista todavía no se ha comunicado.
Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de concentración, trabajo forzado y exterminio construido por la Alemania nazi en la Polonia ocupada, fue liberado hace 72 años. En él murieron 1,1 millones de personas entre 1940 y 1945, en su inmensa mayoría judíos.
El año pasado recibió dos millones de personas. Sin embargo, no todo el mundo puede hacer el viaje, y los supervivientes están desapareciendo por su avanzada edad.
"Es muy importante que Auschwitz salga al mundo", dijo a la AFP Luis Ferreiro, director del proyecto y dirigente de la sociedad española Musealia, que ha ideado la exposición con un equipo de expertos encabezado por el historiador holandés Robert Jan van Pelt.
"Esta es la primera vez en la historia que una colección importante de objetos originales salen del museo estatal de Auschwitz-Birkenau, que salen de Polonia, para una exposición itinerante", añadió Ferreiro. Además, "la mayoría de los objetos que se exponen aquí nunca antes han sido mostrados al público".
Algunos de los objetos fueron aportados por otras instituciones y coleccionistas privados de diferentes países.
La exposición, documentada y didáctica, da cuenta entre otras cosas del proceso de selección de las víctimas. El médico nazi Joseph Mengele asistía a la llegada de los trenes para "buscar gemelos", con los que llevar a cabo sus macabros experimentos, según uno de los textos de la exposición.
Como prueba, hay una mesa de operaciones, aunque "a ciencia cierta no se puede decir que es la que utilizó Mengele", apunta Luis Ferreiro.
- ¿Cómo mostrar las cámaras de gas? -
"Cada cosa, cada detalle, ha generado un debate: cómo exponerlo", explica Fernando Arlandis, coordinador de exposiciones en el Centro Arte Canal de Madrid, que acoge la primera etapa de esta exposición itinerante.
"Se puede recrear una cámara de gas, entrar adentro como un juego -'estoy en una cámara de gas-, pero aquí no se ha querido hacer esto, queríamos enseñar las pruebas físicas de lo que ocurrió", añade. De esta manera, nadie podrá banalizar la cuestión haciéndose un selfi...
Lo que se muestra por ejemplo es una máscara de gas, junto a un bote de Zyklon B, el pesticida a base de cianuro utilizado en las cámaras.
En la pared se pueden leer igualmente frases del comandante de las SS de Auschwitz, Rudolf Höss.
En 1946 éste dijo: "Observé las muertes del barracón II protegido con una máscara de gas. En realidad la primera ejecución con gas no me marcó demasiado".
Los dibujos del prisionero polaco Jan Komski (1915-2002) ilustran las cremaciones de los cuerpos y las humillaciones cotidianas. En uno de ellos se ve a un "kapo" subido a un carro, movido por unos prisioneros a los que azota para que sigan avanzando.
En otra sala puede verse uno de los barracones de madera donde se hacinaban los prisioneros.
En total, un millón de judíos fueron exterminados en Auschwitz a partir de 1940.
También murieron allí polacos no judíos, gitanos, prisioneros de guerra soviéticos, homosexuales y personas de otras nacionalidades, consideradas como "elementos indeseables" por el Tercer Reich de Adolf Hitler.
Piotr M. A. Cywinski, historiador polaco que dirige que el museo estatal de Auschwitz, dice que ahora "se siente una presencia creciente del racismo, el antisemitismo y la xenofobia".
Por ello, cree que la exposición, gratuita para todos los alumnos de centros educativos españoles, "puede desempeñar un papel esencial" en este momento.
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