Lo que pasó el fin de semana en Santiago de Chile, cuando un joven entró a la jaula de los leones del principal zoológico del país y el s...
Lo que pasó el fin de semana en Santiago de Chile, cuando un joven entró a la jaula de los leones del principal zoológico del país y el sacrificio que se hizo de los dos felinos para salvarle la vida, puede parecer un solo incidente. Pero en realidad son muchas historias.
Es la historia del chico, la historia de los animales y de lo que lo ocurrido el sábado 21 de mayo dice de la sociedad chilena.
Días después de los hechos, el tema sigue siendo objeto de debate en medios, redes sociales, casas y oficinas.
Se habla de falta de empatía hacia el joven que irrumpió en el recinto y de la muerte del león y la leona que los guardias no lograron evitar.
Se cuestionan los protocolos del zoológico.
Los siquiatras aventuran pronósticos y los expertos alertan de la falta de financiamiento para la salud mental en el país.
El joven
El mismo domingo la prensa local publicó los primeros datos biográficos del hombre que, en menos de cuatro minutos, marcó la historia del parque chileno. Su nombre es Franco Ferrada y tiene 20 años.
El joven tiene lesiones en el cráneo, la cara, el cuello y la zona pélvica y fue alcanzado en una pierna por uno de los dardos tranquilizantes disparado a los animales.
El sistema de salud chileno garantiza el acceso a cualquier recinto hospitalario a un paciente cuya vida está en peligro y Ferrada se encuentra internado en una clínica privada cercana al zoológico.
Su estado es grave, aunque no se encuentra en riesgo vital.
No se sabe mucho de su historia.
Los medios han dado algunos detalles, la mayoría proporcionados por su abuela.
Se dice que estuvo en un hogar del Sename, el Servicio Nacional de Menores de Chile, que tiene dos hermanos presos y que su madre murió de cáncer.
Que era alegre, normal y preocupado de su familia. Que hizo el servicio militar, que es voluntario, en la ciudad de Coyhaique, en la Patagonia chilena. Que las cartas que llevaba en la ropa que se sacó cuando entró a la jaula tenían alusiones a Jesucristo y a los leones.
Es la historia del chico, la historia de los animales y de lo que lo ocurrido el sábado 21 de mayo dice de la sociedad chilena.
Días después de los hechos, el tema sigue siendo objeto de debate en medios, redes sociales, casas y oficinas.
Se habla de falta de empatía hacia el joven que irrumpió en el recinto y de la muerte del león y la leona que los guardias no lograron evitar.
Se cuestionan los protocolos del zoológico.
Los siquiatras aventuran pronósticos y los expertos alertan de la falta de financiamiento para la salud mental en el país.
El joven
El mismo domingo la prensa local publicó los primeros datos biográficos del hombre que, en menos de cuatro minutos, marcó la historia del parque chileno. Su nombre es Franco Ferrada y tiene 20 años.
El joven tiene lesiones en el cráneo, la cara, el cuello y la zona pélvica y fue alcanzado en una pierna por uno de los dardos tranquilizantes disparado a los animales.
El sistema de salud chileno garantiza el acceso a cualquier recinto hospitalario a un paciente cuya vida está en peligro y Ferrada se encuentra internado en una clínica privada cercana al zoológico.
Su estado es grave, aunque no se encuentra en riesgo vital.
No se sabe mucho de su historia.
Los medios han dado algunos detalles, la mayoría proporcionados por su abuela.
Se dice que estuvo en un hogar del Sename, el Servicio Nacional de Menores de Chile, que tiene dos hermanos presos y que su madre murió de cáncer.
Que era alegre, normal y preocupado de su familia. Que hizo el servicio militar, que es voluntario, en la ciudad de Coyhaique, en la Patagonia chilena. Que las cartas que llevaba en la ropa que se sacó cuando entró a la jaula tenían alusiones a Jesucristo y a los leones.
Los leones
En el zoológico hay mucho desconsuelo.
Los restos de los felinos ya fueron enterrados en un lugar del parque que se mantiene en secreto.
Se llamaban "Manolo" y "La flaquita".
El primero nació en el recinto, y era hijo de una leona maltratada; la segunda fue abandonada por un circo en el sur, desde donde la rescató personal del parque.
"Su historia es terrible", le cuenta a BBC Mundo el director del parque metropolitano, Mauricio Fabry.
"La trajimos en la condición más lamentable que he visto en un animal. No era capaz ni siquiera de ponerse en pie".
Ambos felinos fueron abatidos por un disparador autónomo del zoológico, que está facultado para actuar cuando hay una vida humana en peligro.
En el zoológico hay mucho desconsuelo.
Los restos de los felinos ya fueron enterrados en un lugar del parque que se mantiene en secreto.
Se llamaban "Manolo" y "La flaquita".
El primero nació en el recinto, y era hijo de una leona maltratada; la segunda fue abandonada por un circo en el sur, desde donde la rescató personal del parque.
"Su historia es terrible", le cuenta a BBC Mundo el director del parque metropolitano, Mauricio Fabry.
"La trajimos en la condición más lamentable que he visto en un animal. No era capaz ni siquiera de ponerse en pie".
Ambos felinos fueron abatidos por un disparador autónomo del zoológico, que está facultado para actuar cuando hay una vida humana en peligro.
El zoológico
Desde los primeros minutos posteriores al incidente, el personal del zoológico expresó su pesar por el sacrificio de los animales, a quienes describieron como parte de su familia.
Pero eso no evitó que fueran criticados.
Esa misma noche un grupo de personas realizó una velatón en el parque y se manifestaron contra los hechos.
"Nos gritaban asesinos", declaró una de las funcionarias, quien asegura que hoy se encuentran con protección emocional y personal.
Fabry explica que dentro de lo traumático de la situación, tienen la tranquilidad de haber salvado la vida tanto del joven como de una de las leonas.
"Hemos visto muchas cosas en redes sociales, pero quiero decir que jamás pondríamos en riesgo la vida de una persona. La persona puede estar loca, y nosotros también tenemos mucha rabia, pero esa persona es el hijo de alguien, es el hermano de alguien. Si fuera su pariente, las personas no dirían lo que están declarando".
"Sí, el protocolo de emergencia tiene como foco la vida de las personas y la vida de los animales. Pero ante un riesgo inminente, no pondríamos nunca en riesgo la vida de las personas".
Hoy el parque trabaja en el manejo de la única leona que hoy vive en el parque.
No saben todavía si traerán nuevos especímenes, o si se la llevarán a otro lugar, para integrarla a un nuevo grupo de felinos. Hoy, dicen, están viviendo un duelo.
Desde los primeros minutos posteriores al incidente, el personal del zoológico expresó su pesar por el sacrificio de los animales, a quienes describieron como parte de su familia.
Pero eso no evitó que fueran criticados.
Esa misma noche un grupo de personas realizó una velatón en el parque y se manifestaron contra los hechos.
"Nos gritaban asesinos", declaró una de las funcionarias, quien asegura que hoy se encuentran con protección emocional y personal.
Fabry explica que dentro de lo traumático de la situación, tienen la tranquilidad de haber salvado la vida tanto del joven como de una de las leonas.
"Hemos visto muchas cosas en redes sociales, pero quiero decir que jamás pondríamos en riesgo la vida de una persona. La persona puede estar loca, y nosotros también tenemos mucha rabia, pero esa persona es el hijo de alguien, es el hermano de alguien. Si fuera su pariente, las personas no dirían lo que están declarando".
"Sí, el protocolo de emergencia tiene como foco la vida de las personas y la vida de los animales. Pero ante un riesgo inminente, no pondríamos nunca en riesgo la vida de las personas".
Hoy el parque trabaja en el manejo de la única leona que hoy vive en el parque.
No saben todavía si traerán nuevos especímenes, o si se la llevarán a otro lugar, para integrarla a un nuevo grupo de felinos. Hoy, dicen, están viviendo un duelo.
bbc
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