El país motor de la economía europea lleva meses con un gobierno provisional que espera dé paso a uno definitivo que calme la incertidu...
El país motor de la economía europea lleva meses con un gobierno provisional que espera dé paso a uno definitivo que calme la incertidumbre y deje de lado al fantasma de una posible repetición de los comicios generales sino hay coalición.
En un segundo intento para formar gobierno desde las elecciones generales de septiembre de 2017, la canciller alemana, Ángela Merkel del partido la Unión Cristianodemócrata (CDU) arribó a la primera jornada oficial de reuniones del año con el Partido Socialdemócrata (SPD) para llegar a un acuerdo que permita formar una gran coalición y tener así un gobierno estable que haga frente a los retos que tiene Alemania internamente, a nivel de la Unión Europea y de política exterior.
Antes de entrar a la sede del SPD en donde se adelantan las negociaciones en Berlín, la capital alemana, la Canciller afirmó ser “optimista” a lo que añadió “creo que podemos lograrlo” pese a las difíciles conversaciones con los liberales y los verdes que han fracasado por no alcanzar acuerdos en puntos clave como la política migratoria y medio ambiental.
A su turno, el líder del SPD, Martin Schulz, afirmó que trabajará con una actitud “constructiva y abierta” a lo que añadió “no trazamos ninguna línea roja, pero queremos muchas políticas rojas” haciendo referencia al color con el que su partido se identifica.
Diferencias en los objetivos de la coalición
La canciller Merkel destacó que el objeto de su legislatura en coalición obedece al encargo hecho por su electorado que dio su voto de confianza a políticas que permitan que, en cinco o diez años, Alemania siga disfrutando de un robusto sistema de bienestar, seguridad, educación, democracia y una economía fuerte.
Pese a sus malos resultados electorales y rechazo a una gran coalición, Schulz se vio obligado a dialogar con sus opositores a quienes les dejó claro que el SPD apuesta por áreas como la educación, la inversión en vivienda, renovación en la infraestructura y atención en los servicios sociales.
La canciller y Schulz no son los únicos que participan en este diálogo, también está presente Horst Seehoer, el líder de la Unión Socialcristiana de Baviera, CSU, la formación política hermana del CDU con la que ha conformado coaliciones en el pasado. Recientemente el CSU pidió un endurecimiento de las políticas de refugiados, un pedido que difiere de la propuesta del CDU y que vuelve a dejar el tema como uno de los más complicados a la hora de negociar entre los partidos.
La búsqueda de una coalición se extenderá por un espacio de cinco días. Posteriormente los partidos CDU, CSU y SPD podrán evaluar las propuestas y tomar decisiones si conforman una alianza que gobierne Alemania.
En un segundo intento para formar gobierno desde las elecciones generales de septiembre de 2017, la canciller alemana, Ángela Merkel del partido la Unión Cristianodemócrata (CDU) arribó a la primera jornada oficial de reuniones del año con el Partido Socialdemócrata (SPD) para llegar a un acuerdo que permita formar una gran coalición y tener así un gobierno estable que haga frente a los retos que tiene Alemania internamente, a nivel de la Unión Europea y de política exterior.
Antes de entrar a la sede del SPD en donde se adelantan las negociaciones en Berlín, la capital alemana, la Canciller afirmó ser “optimista” a lo que añadió “creo que podemos lograrlo” pese a las difíciles conversaciones con los liberales y los verdes que han fracasado por no alcanzar acuerdos en puntos clave como la política migratoria y medio ambiental.
A su turno, el líder del SPD, Martin Schulz, afirmó que trabajará con una actitud “constructiva y abierta” a lo que añadió “no trazamos ninguna línea roja, pero queremos muchas políticas rojas” haciendo referencia al color con el que su partido se identifica.
Diferencias en los objetivos de la coalición
La canciller Merkel destacó que el objeto de su legislatura en coalición obedece al encargo hecho por su electorado que dio su voto de confianza a políticas que permitan que, en cinco o diez años, Alemania siga disfrutando de un robusto sistema de bienestar, seguridad, educación, democracia y una economía fuerte.
Pese a sus malos resultados electorales y rechazo a una gran coalición, Schulz se vio obligado a dialogar con sus opositores a quienes les dejó claro que el SPD apuesta por áreas como la educación, la inversión en vivienda, renovación en la infraestructura y atención en los servicios sociales.
La canciller y Schulz no son los únicos que participan en este diálogo, también está presente Horst Seehoer, el líder de la Unión Socialcristiana de Baviera, CSU, la formación política hermana del CDU con la que ha conformado coaliciones en el pasado. Recientemente el CSU pidió un endurecimiento de las políticas de refugiados, un pedido que difiere de la propuesta del CDU y que vuelve a dejar el tema como uno de los más complicados a la hora de negociar entre los partidos.
La búsqueda de una coalición se extenderá por un espacio de cinco días. Posteriormente los partidos CDU, CSU y SPD podrán evaluar las propuestas y tomar decisiones si conforman una alianza que gobierne Alemania.
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