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La historia de la mujer que solo comía pollo del KFC y patatas fritas

Imagínate que pasas de llevar una dieta saludable y comer de todo a quitar primero las verduras, luego el pescado, después los lácteos...


Imagínate que pasas de llevar una dieta saludable y comer de todo a quitar primero las verduras, luego el pescado, después los lácteos, la fruta, y, finalmente, la carne… a excepción del pollo rebozado y frito que podrás acompañar únicamente de patatas fritas (nada, obviamente, de ensalada). Vale, y ahora, con ese panorama alimenticio reducido a la mínima expresión, viene la vuelta de tuerca final: que ese pollo sea solamente apto si proviene del Kentucky Fried Chicken (KFC).

Esta era la rutina alimenticia diaria de Georgie Scotney, una británica de 21 años. En los últimos tres años, su plan de comidas ha seguido el siguiente patrón: un desayuno a base de tostadas de pan, una comida del KFC con pollo y patatas y nada para cenar. En algunos casos podía picar algo de chocolate entre horas. Y ya.

El diagnóstico de Georgie Scotney era el de una persona con un severo síndrome de alimentación selectiva que le podía llevar incluso a pasarse días enteros sin comer si no tenía la posibilidad de pasarse por un KFC.

El síndrome de alimentación selectiva se produce por múltiples causas: el pánico a probar determinadas comidas, el miedo a lo nuevo, la intoleracia a determinados sabores o texturas, el rechazo a porciones de tamaño normal…

El remedio a esto ha tenido que pasar por la hipnoterapia. Georgie se sometió a una sesión que durá una hora y que ha tenido éxito, por lo que ha podido comer fruta por primera vez en su vida. “Reconozco que siempre he sido dificililla con lo de la comida, pero ahora había llegado a un punto límite”. 

El síndrome de Georgie pudo tener su origen en, curiosamente, su faceta como deportista. Miembro del equipo de gimnasia de Portsmouth, Georgie solía saltarse determinadas comidas si coincidían con entrenamientos. Para ella, ese es el origen de su trastorno alimentario.

Aunque no ha tenido problemas de salud serios, Georgie reconoce que subió notablemente de peso con su dieta y que lo contrarrestaba yendo al gimnasio. Además, se da la paradoja de que se había formado como instructora de fitness, con lo que sentía que existía una evidente contradicción entre lo que recomendaba a la gente y lo que ella misma hacía. 

Pese a todo, el detonante para tomar cartas en el asunto fue un viaje a Asia programado junto a su novio, Dean Arnold, de 25 años, y que requería que Georgie resolviera sus problemas con la comida antes de montarse en el avión. Ahora, podrá disfrutar de currys o rollitos sin preocuparse de localizar el KFC más cercano para no morir de hambre.

Javier Sánchez -  srjaviersanchez.tumblr.com

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