Un par de semanas antes de las elecciones legislativas del
domingo pasado en Venezuela, en las que la oposición consiguió dos
tercios de los escaños del Parlamento, y en medio del clima de
polarización política que agita a esa nación, el canciller Heraldo Muñoz
inició gestiones diplomáticas con países sudamericanos para proponer
una eventual mediación para facilitar el diálogo entre el gobierno de
Nicolás Maduro y líderes del bloque opositor Mesa de la Unidad
Democrática (MUD).
Los contactos se retomaron el viernes 4 de diciembre pasado,
con motivo de la visita a Chile del Presidente de Uruguay, Tavaré
Vásquez, y de su canciller, Rodolfo Nin Novoa.
El interés de Chile es sumar a Uruguay en esta iniciativa, no sólo
porque los gobiernos de Vázquez y Bachelet tienen una buena sintonía
política, sino también por el hecho de que Uruguay asumirá en enero la
presidencia pro tempore de Mercosur, bloque político y comercial en el
que participa Venezuela.
Durante esas conversaciones surgió la idea de sumar a Ecuador al
grupo de países que podrían ofrecerse como facilitadores del diálogo
político entre el gobierno y la oposición en Venezuela, dada la cercanía
del presidente Rafael Correa al régimen chavista.
La presencia de Ecuador en este grupo daría garantías al presidente Maduro para aceptar una posible mediación.
Aunque las gestiones aún son preliminares, en la cancillería chilena
sostienen que podría abrirse canales de diálogo en Venezuela siguiendo
un modelo similar al que llevan adelante en Colombia el gobierno del
Presidente Santos con las Farc con la ayuda de otros países. En ese
caso, Cuba y Noruega actúan como garante de las conversaciones de paz,
mientras Chile y Venezuela intervienen como facilitadores y acompañantes
de las negociaciones.
Fuente: La Tercera
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