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Colegio Médico acusa “fracaso” de estrategia de gobierno por coronavirus

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20/03/2020


Este viernes, la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, se refirió a la situación actual del país debido a la propagación del coronavirus (Covid-19). Según el último balance del Ministerio de Salud, son 434 los contagios a nivel nacional.

La presidenta del gremio acusó que “tras cinco días desde la reunión que mantuve con el Presidente Sebastián Piñera, donde reiteramos nuestra disposición de colaborar, no hemos tenido respuesta", dijo y reforzó el llamado a que “debido al fracaso de esta estrategia (del gobierno) resulta imprescindible el cierre total de la Región Metropolitana hoy”.

Sin embargo, sostuvo que este cierre se debería realizar "manteniendo el funcionamiento de los servicios básicos, abastecimiento y distribución. Le pido a la ciudadanía, a lo que quieren colaborar, a quedarse en sus casas, reforzar las medidas que nuestro Colegio Médico, la autoridad, y la comunidad científica han recomendado”, dijo y enfatizó en que debe existir “unidad y enfrentar en conjunto la pandemia”.


"La estrategia de gobierno de diagnosticar para contener la expansión del Covid-19 es imposible de implementar a la fuerza porque nuestro médicos, que se encuentran a lo largo de la red asistencial, nos han informado que existen problemas relevantes de saturación de la capacidad diagnóstica y que no se están aplicando los protocolos que mandatados por autoridad sanitaria, no por desacato sino por problemas de implementación”, continuó la presidenta del gremio.

Con respecto al aumento de los casos estos últimos días, Siches aseguró que la comunidad médica está “preocupada” debido a que se está “desaprovechando una ventana de oportunidad única”.

En ese sentido, acusó que "contamos con muy poca información para colaborar con el gobierno. Los datos aportados a la fecha son incompletos, inconsistentes y tiene una tremenda falta de transparencia que no se había visto en la historia institucional de la salud pública chilena.

A raíz de esto, la presidenta del Colmed emplazó a las autoridades a entregar con “transparencia inmediata los datos que hemos solicitado de forma reiterada, no sólo al Colegio Médico, también a la comunidad científica, para participar de la estrategia nacional”, concluyó.

La postura del gobierno

Esta mañana, la vocera de gobierno, Karla Rubilar, se refirió a la solicitud de diversas figuras del mundo político y municipal respecto a decretar una cuarentena total a raíz del coronavirus. En este sentido, destacó que se han tomado “medidas mucho antes que la inmensa mayoría de los países”, sostuvo en el programa Bienvenidos.

Además, "aquí es importante decir si Chile está tomando o no medidas en el momento adecuado, porque se ha instalado por algunas personas que no. Yo quiero rebatir eso con antecedentes claros”, manifestó en la instancia.

Se le consultó por las palabras del Colegio Médico, que en días anteriores ha cuestionado algunas decisiones del Ejecutivo -entre ellas la de no declarar un aislamiento preventivo más amplio-, Rubilar aseguró que sólo ha sido "parte del Colegio Médico, porque recordemos que quienes asesoran al gobierno son tan colegiados como la presidenta del Colegio Médico que es la que discrepa”.

Coronavirus: cómo proteger a las personas mayores

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Las personas de 60 años o más son particularmente vulnerables a infecciones graves o fatales derivadas del COVID-19. Estos son algunos consejos para reducir su riesgo.

En medio de la incertidumbre que se vive en torno a la pandemia del coronavirus se encuentra un hecho incontrovertible: las personas mayores tienen el índice más alto de muertes, sobre todo quienes tienen padecimientos médicos subyacentes.

Hasta la fecha, de los casos confirmados en China casi el quince por ciento de los pacientes de más de 80 años ha muerto. Para los que tienen menos de 50, el índice de mortalidad era de menos del uno por ciento.

Aún no hay evidencia que constante que sea mucho más probable que las personas mayores se contagien del coronavirus, a diferencia de los jóvenes. Sin embargo, los expertos médicos dicen que, si las personas de más de 60 años se infectan, es más probable que sufran una enfermedad grave que amenace su vida, aunque su salud general sea buena. Las personas mayores con padecimientos médicos subyacentes están expuestas a un riesgo particularmente alto. Los expertos le atribuyen parte de ese riesgo a un debilitamiento del sistema inmune debido a la edad.

Eso hace que las personas mayores y sus familias se pregunten cuáles son las precauciones adicionales que deben tomar. Hay varias prácticas ideales que han sido recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS), los geriatras y los especialistas en enfermedades infecciosas.
Familiarízate con los lineamientos y síguelos

Los geriatras recomiendan a sus pacientes que se apeguen a las recomendaciones actuales de los CDC y la OMS, una serie de consejos que se han vuelto bastante conocidos: lávate las manos frecuentemente con jabón y agua tibia durante veinte segundos o límpialas con un gel antibacterial a base de alcohol; evita estrechar manos; aléjate de las grandes reuniones; limpia y desinfecta objetos que se toquen con frecuencia; evita el transporte público y las multitudes. Abastécete de provisiones.

Los cruceros no son una buena opción, como tampoco lo son los viajes no esenciales. No se recomienda hacerles visitas a los nietos.

“He tenido esta conversación unas cien veces durante la semana pasada”, dijo Elizabeth Eckstrom, directora de geriatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon en Portland. Eckstrom dijo que la mayoría de los pacientes que atiende en su clínica tienen más de 80 años. Todos han expresado abiertamente su preocupación.

Según Eckstrom, todos sus pacientes tienen al menos un padecimiento crónico. “La mayoría tiene tres, cuatro, cinco o más”, agregó.

La gente se equivoca al asumir que, si un padecimiento médico se gestiona adecuadamente mediante tratamiento, está fuera de peligro. Incluso quienes tienen padecimientos y se encuentran estables deben tener precauciones adicionales.

“Esos padecimientos pueden limitar la reserva subyacente y llevar a peores resultados cuando las personas mayores se enferman de gravedad, lo cual afecta a todos los sistemas de órganos”, dijo Annie Luetkemeyer, especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital General Zuckerberg de San Francisco.

“La diabetes, por ejemplo, puede hacer que sea más difícil combatir una infección, y un padecimiento cardiaco o pulmonar subyacente quizá dificulte que esos órganos sigan el ritmo de las exigencias provocadas por una infección grave de COVID-19”, dijo, refiriéndose al síndrome causado por el nuevo coronavirus.

Daniel Winetsky, académico en materia de enfermedades infecciosas en la Universidad de Columbia en Nueva York, dijo que los consejos que les dio a sus propios padres, que viven al otro lado del país en San Francisco, han cambiado drásticamente. Hace una semana, dijo, les decía que estaban seguros e incluso les recomendó que no cancelaran un viaje en grupo que estaban planeando a Florida.

A lo largo del fin de semana, aumentaron sus temores sobre la pandemia, y el martes no solo les pidió que no fueran, sino que también les aconsejó reducir a un mínimo el número de personas con las que tenían contacto. Las visitas de sus nietos están prohibidas.

Winetsky le dijo a su madre, Carol, que tiene 73 años y sufre asma, que dejara de asistir a las reuniones que tiene cada dos semanas con su grupo de tejido. Además, le pidió a Hank, su padre, que ha tenido dos endoprótesis coronarias, que no asistiera a ninguna de sus dos reuniones grupales de lectura.

Su madre sigue yendo a la tienda de abarrotes y evita lugares concurridos como Costco. Con el permiso de su hijo, aún asiste a sesiones de terapia física para una lesión en la espalda, pero se asegura de que su terapeuta se lave las manos y que limpien el equipo con desinfectante.

¿Qué pasa con las citas médicas no esenciales?

Algunos expertos están recomendando que los adultos mayores en riesgo cancelen las citas médicas no esenciales. En caso de estar disponibles, los servicios de telemedicina pueden ser un sustituto razonable.

Eckstrom generalmente está de acuerdo, pero con sus reservas. Aunque quizá sea prudente cancelar las visitas programadas que no son urgentes, dijo, “muchos adultos mayores tienen problemas que requieren un seguimiento constante, como la demencia, la enfermedad de Parkinson, las caídas y los problemas cardiacos”. Le preocupa que cancelar visitas permita que estos padecimientos se salgan de control, pero está de acuerdo en que las consultas de telemedicina pueden ayudar a cerrar esa brecha.

Otro paso útil: habla con tu médico sobre acumular dos o tres meses de medicamentos esenciales con receta.

Ten cuidado con el aislamiento social

Los expertos advierten que el distanciamiento social, el pilar del control epidémico, podría causar aislamiento social, que ya es un problema en la población de la tercera edad. De acuerdo con un estudio reciente del Centro de Investigaciones Pew en más de 130 países y territorios, el dieciséis por ciento de las personas de 60 años o más viven solas. La soledad, según hallazgos de los investigadores, implica su propio conjunto de riesgos de salud.

Winetsky está consciente del peligro y les ha sugerido a sus padres que organicen reuniones virtuales con amigos y familiares, pues tiene en mente los beneficios de la participación social. “He tratado de explicarlo así: ‘No cancelen esas actividades, sino opten por Zoom, Skype o FaceTime’”, comentó.
Charla con los asistentes de atención médica en el hogar

La Asociación Nacional de Cuidado Doméstico y Hospicio calcula que doce millones de “personas vulnerables de todas las edades” en Estados Unidos reciben cuidados en sus hogares, suministrados por una fuerza laboral de atención médica en el hogar de aproximadamente 2,2 millones de trabajadores. Para muchos adultos mayores, eso implica un desfile constante de asistentes de atención médica que pasan por su puerta, algunos más conscientes de la higiene que otros.

Las personas deben conversar con sus cuidadores sobre la higiene, sugirió David Nace, presidente electo de la Sociedad para Medicina de Cuidados Postagudos y a Largo Plazo, un grupo profesional que representa a los trabajadores que laboran en centro de cuidados a largo plazo.

Verifica dos veces que los encargados de los cuidados se laven las manos o usen gel antibacterial. Cualquier equipo que traigan debe limpiarse con desinfectante. Además, asegúrate de que se sientan sanos.

“Si estás solo, quizá estés en una posición muy vulnerable porque dependes de esa persona”, dijo Nace. “Puede ser intimidante. Pero con suerte quizá haya una relación tan buena como para iniciar la conversación”.
El dilema del asilo para ancianos

Cerca de 1,7 millones de personas, la mayoría de la tercera edad, se encuentran en asilos en Estados Unidos, una fracción de los 50 millones de estadounidenses de más de 65 años.

Dada la serie de muertes en un asilo en Kirkland, Washington, donde hubo muchas afectaciones por el virus, los asilos para ancianos están en alerta máxima. Muchos se han sometido a una cuarentena total.

El gobierno federal les está pidiendo a los asilos para ancianos que prohíban la entrada de visitantes, con la excepción de “la atención compasiva, como las situaciones del término de la vida”.

Curtis Wong, de 66 años, un investigador retirado de Microsoft que vive en el área de Seattle, solía visitar a sus padres con frecuencia. Tienen noventa y tantos años y viven en un centro de vida asistida en Sierra Madre, California.

El 12 de marzo, el centro prohibió todas las visitas no médicas y señaló que estaba cambiando sus códigos de acceso al edificio. En un correo electrónico mediante el que anunciaron la medida, la administración del centro ofreció poner a los residentes en contacto con sus familiares a través de FaceTime.

Hace tres días, dijo Wong, durante un chat de video con su padre se preocupó por la posibilidad de no volverlo a ver. “Las cosas se pusieron muy emotivas”.

Mantente activo, incluso durante una pandemia

Los geriatras temen que el distanciamiento social quizá afecte rutinas de maneras que afecten la vitalidad de los adultos mayores. Enfatizan la importancia de mantener los buenos hábitos, incluyendo suficiente tiempo para dormir, la alimentación saludable y el ejercicio.

El ejercicio quizá sea benéfico al combatir los efectos del coronavirus. Puede ayudar a impulsar el sistema inmune, disminuir la inflamación y tener beneficios mentales y emocionales. Un paciente que depende del ejercicio diario en el gimnasio pero quiere evitar situaciones riesgosas quizá simplemente pueda tomar un paseo.

El miércoles por la tarde, Hank Winetsky, de 80 años, acababa de regresar de una ronda de golf con un pequeño grupo. Las cuatro personas tenían de 70 a 81 años. “El golf es bastante seguro en cuanto al contacto humano”, comentó.

No obstante, incluso el golf demostró no ser un deporte libre de contacto. “Había una botella de agua en el carrito, y todos pensaban que era suya”, comentó. “Los cuatro bebíamos de ahí. Ahora todos estamos espantados”. 

nytimes.com

Cómo hacer cuarentena de forma correcta

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A miles de personas que pueden haber estado expuestos al coronavirus se les ha pedido que se recluyan. Es más difícil de lo que suena.

Quédate en casa a menos que debas ver a un médico. Nada de trabajo, escuela o compras. Si debes salir de tu habitación, usa un cubrebocas. Y no compartas las toallas.

Si eres uno de los miles de estadounidenses que ahora están en una cuarentena autoimpuesta debido a una posible infección de coronavirus, estas son algunas de las nuevas reglas de la casa, cortesía de los funcionarios de salud locales y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Entre las personas a las que se les ha dicho que se pongan en cuarentena, que se aíslen o que se queden en casa, se encuentran aquellos que regresaron de zonas de China e Irán, los que desarrollaron síntomas después de pasar un tiempo en otros países con una transmisión comunitaria sostenida y los que, sin exposición conocida, están enfermos.

Pero muchos individuos que no encajan claramente en ninguna de estas categorías y a los que no se les pidió que se quedaran en casa están eligiendo aislarse de todos modos porque no quieren poner a otros en riesgo.

Quizá suene como unas vacaciones de la realidad, un momento ideal para hacer maratón de una serie de Netflix y recuperar el sueño. De hecho, no es fácil encerrarse lejos de la familia y los amigos. Hay desafíos prácticos y logísticos, y grandes lagunas en los consejos oficiales que complican más todo.

Los términos del aislamiento en casa pueden ser onerosos y podrían durar dos semanas, que es el supuesto período de incubación del virus. Es especialmente difícil si tienes niños pequeños o parientes ancianos a quienes cuidar, o vives en un lugar pequeño con muchos compañeros de cuarto.
Lo básico

Aislamiento

Si estás infectado o has estado expuesto al coronavirus, debes mantenerte alejado de tu pareja, tus compañeros de vivienda, tus hijos, tu tía anciana. Ni siquiera debes acariciar a tu perro. Y definitivamente nada de acurrucarte con tu mascota (nada de besos).

Si no tienes tu propia habitación, una debe ser designada para tu uso exclusivo. Debes usar un baño independiente, si es que tienes uno.

No se permiten visitas ni empleados, a menos que sea absolutamente esencial. No tomes el autobús ni el metro, ni siquiera un taxi.


Cubrebocas

Si tienes que estar cerca de otras personas (en tu casa, o en un auto porque vas de camino a ver a un médico, pero solo después de haber llamado primero) debes usar un cubrebocas, y también los demás.

Pero primero, tú o uno de tus amigos o familiares tienen que encontrar cubrebocas, que están agotados casi en todas partes.


Higiene

Si toses o estornudas, debes cubrirte la boca y la nariz con un pañuelo y después desecharlo en un bote de basura con bolsa. Luego debes lavarte inmediatamente las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.

Puedes usar un desinfectante, si lo encuentras, pero es preferible usar agua y jabón.

Aunque no hayas tosido o estornudado, debes lavarte las manos frecuentemente y evitar tocar tus ojos, nariz y boca si no te las acabas de lavar.

Desinfección

No compartas platos, vasos, tazas, cubertería, toallas ni ropa de cama con nadie (incluyendo tus mascotas). Lava estos artículos después de usarlos.

Las encimeras, las mesas, las perillas de las puertas, los accesorios de baño, los inodoros, los teléfonos, los teclados, las tabletas y las mesitas de noche se consideran “superficies de alto contacto”; límpialos a menudo con un limpiador de uso doméstico.


Limpia con frecuencia las superficies que puedan estar contaminadas con fluidos corporales, como sangre y heces.

Monitoreo

Vigila tu salud y llama a un médico si tus síntomas empeoran. Asegúrate de decirle al personal médico que estás siendo monitoreado por el coronavirus.

Integrantes del hogar

Los miembros de la familia y otros integrantes del hogar deben vigilar los síntomas del paciente y llamar a un proveedor de salud si ven que la situación empeora.

Los compañeros de vivienda pueden ir al trabajo o a la escuela, pero su tarea será abastecerse de víveres, recoger los medicamentos recetados, ocuparse de los que están en cuarentena y mantener el lugar limpio. Limpiarán las perillas de las puertas y las encimeras, lavarán mucha ropa y se lavarán las manos… mucho.

Cuando estén cerca del paciente, los miembros de la familia deben usar cubrebocas, y si tienen contacto con los fluidos corporales del paciente deben portar tanto cubrebocas como guantes. Estos deben ser desechados inmediatamente, nunca se deben volver a usar.

Los adultos mayores de la casa y aquellos con condiciones médicas crónicas corren un riesgo especial si están infectados. El contacto con el individuo aislado debe ser mínimo.

Los demás habitantes de la casa deben lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar. Deben permanecer en una habitación separada de la del individuo expuesto o enfermo. De ser posible, los demás miembros de la casa no deben compartir el baño con la persona recluida.


También deben vigilar su propia salud y llamar a un médico si tienen tos, fiebre o dificultad para respirar.
Asuntos pendientes

Nadie te paga por ponerte en cuarentena, aunque en Estados Unidos los funcionarios gubernamentales aseguran que buscan modos de compensar por los salarios perdidos de quienes no cuentan con licencia de enfermedad.

Ponerse a cuarentena es una carga emocional y económica para quienes tienen familia y también para quienes viven solos.

Es crucial proveer para las personas que se sacrifican por el bien común, dijo Lawrence Gostin, profesor de derecho en la Universidad de Georgetown.

“Deberíamos tener un pacto social: Si estás enfermo, ya sea que tienes COVID–19 o no, deberías separarte de la sociedad” dijo Gostin. “Esa es tu parte del trato, lo haces por tus vecinos, tu familia y tu comunidad”.

“A cambio”, dijo, “como nación, te debemos el derecho a un período humano de separación, donde cubrimos tus necesidades esenciales, como medicamentos, atención médica, alimentos y pagos por enfermedad”.
 
nytimes.com

Opinión: América Latina puede convertirse en la mayor víctima del COVID-19

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19/03/2020


RÍO DE JANEIRO — América Latina ha sido hasta ahora una de las regiones menos afectadas por el COVID-19. El primer caso fue detectado el 26 de febrero en Brasil, la primera muerte, el 7 de marzo en Argentina.

La pandemia ha tardado en llegar a la región, pero esta semana el Ministerio de la Sanidad brasileño ha anunciado el inicio de la fase de transmisión comunitaria del virus, que consiste en el contagio local entre personas que no han viajado a zonas de riesgo en el extranjero ni han estado en contacto con personas provenientes de esas zonas. Esto significa que el simple aislamiento de la región y de los infectados no será suficiente: los casos de COVID-19 crecerán en América Latina.

Es preocupante porque la región no está preparada para la propagación del virus y se puede esperar un escenario aún más complejo que el europeo —donde se han registrado más de 4000 muertes y más de 80.000 casos— e incluso volverse la mayor víctima del COVID-19, si las autoridades sanitarias y los gobiernos de nuestros países no adoptan acciones inmediatas para fortalecer sus sistemas de salud. Combatir una pandemia que afectará a una parte significativa de la población no solo es cuestión de inversión sino de un agresivo y eficaz redireccionamiento de los recursos existentes para disminuir sus efectos.

A diferencia de Estados Unidos, gran parte de los países latinoamericanos tiene la salud como un derecho social garantizado por la constitución, tal es el caso de México y Perú. Las constituciones brasileña y venezolana van más allá y la establecen como “derecho de todos y un deber del Estado”. Sin embargo, cuando vemos la proporción de recursos que esos países asignan a la salud pública, nos damos cuenta de cuán lejos están de otros países que se proponen también proveer salud para todos.

De acuerdo con un estudio del Instituto de Estudos para Políticas de Saúde (IEPS) —un centro de investigación independiente enfocado en la creación de políticas públicas de salud en Brasil—, México destina el 3 por ciento de su PIB a la salud pública y Venezuela, el 1,7 por ciento, mientras que el promedio en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 6,6 por ciento. Italia, por ejemplo, el escenario más terrorífico del coronavirus en estos días, destina el 6,7 por ciento de su PIB a la salud pública. Si se toma en cuenta la inversión total en salud (pública y privada) por habitante, vemos que la región es una de las que menos invierte en salud: 949 dólares per cápita, casi cuatro veces menos que los países miembros de la OCDE e incluso menos que el promedio de los países de Medio Oriente y el norte de África.

La clara limitación de la oferta de estos servicios se agrava por el hecho de que América Latina presenta un panorama epidemiológico —es decir, las principales causas de morbilidad y mortalidad de una población— más complejo que otras partes del mundo. En la región se combina la prevalencia de enfermedades no transmisibles —característica de países desarrollados— con enfermedades infecciosas de países pobres. Los sistemas de salud latinoamericanos tratan tipos de enfermedades totalmente diversos —de la hipertensión y la diabetes al dengue y el zika— y que requieren acciones de salud muy distintas.

A eso se suma una otra especificidad de América Latina que pesa en el sistema de salud: las victimas de violencia. En esa región, donde vive solo el 8 por ciento de la población mundial, se registra el 33 por ciento de los homicidios de todo el mundo. Un cuarto de todos los asesinatos del mundo se producen en México, Venezuela, Brasil y Colombia.

Tomando en cuenta ese contexto, ¿cómo podrán los países de la región hacerle frente al coronavirus?

Un estudio reciente del IEPS proyecta que solo los costos con unidades de cuidados intensivos (UCI) de pacientes de COVID-19 pueden llegar a consumir el equivalente al gasto total del gobierno brasileño en hospitalizaciones en 2019. Según el estudio, con cada punto porcentual de la población infectada de esta nueva cepa de coronavirus habrá que gastarse 1 billón de reales (equivalente a 250 millones de dólares) en hospitalización. Si un 20 por ciento de la población se infecta, el costo de hospitalización de estos pacientes sería equivalente al 98 por ciento del costo total de producción hospitalaria cubierto por el gobierno en todo 2019. Brasil tendría por lo tanto que doblar su capacidad de UCI o redireccionar todos los recursos de UCI solo para atender a los pacientes de COVID-19.

Pero es poco realista esperar que América Latina invierta más en los sistemas de salud. Incluso antes del brote del virus, las proyecciones indicaban un crecimiento económico muy bajo para la región en los próximos dos años. Esto hace poco probable que se invierta más en salud, y en especial en salud pública. Lo más seguro es que veamos un redireccionamiento de la oferta de salud para enfrentar la nueva emergencia sanitaria. Eso significa que los gobiernos movilizarán recursos financieros o asistenciales suplementarios solo para tratar a los pacientes de COVID-19 y podrían dejar sin esos recursos a otros pacientes. Tal situación puede agravarse si a ella se superponen brotes de otras enfermedades infecciosas. En 2019, se registraron 1501 muertes por el dengue en la región, un récord histórico.

Si una parte significativa de la población es infectada, los sistemas de salud tendrán que elegir entre atender a las víctimas del COVID-19 o a los portadores de todas las otras enfermedades. Tal escenario es dramático y convertiría a América Latina en la mayor víctima del coronavirus.

Para evitarlo es esencial que los gobiernos nacionales tomen dos importantes decisiones. En primer lugar, la más urgente, que inviertan masivamente en medidas de contención de la propagación de la epidemia, creando todos los incentivos posibles para que los ciudadanos eviten la circulación. En segundo lugar, y a largo plazo, que inviertan más y mejor en sus sistemas de salud para garantizar el acceso de todos los ciudadanos a la atención médica y asegurar que la región no esté tan desprotegida ante nuevas epidemias.

Miguel Lago es politólogo, director ejecutivo del Instituto de Estudos para Políticas de Saúde (IEPS), un centro de investigación basado en Brasil que se dedica a estudiar políticas y sistemas de salud.

nytimes

El día que un migrante mexicano se convirtió en gobernador de Arizona

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Cuando agentes de la Patrulla Fronteriza ordenaron a un anciano mostrar sus documentos se toparon con un personaje inesperado: Raúl H. Castro, un hombre nacido en México y ex gobernador de un estado que ha cambiado radicalmente su postura sobre los hispanos.

TUCSON, Arizona — Años atrás, el calor en el desierto de Sonora se acercaba a los 37,7 grados Celsius cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza que se encontraban en un puesto de control le pidieron a la conductora de un automóvil que se orillara. A bordo iba un hombre hispano ya mayor. Vestía un impecable traje a la medida.

Le ordenaron que saliera del vehículo y le pidieron sus documentos de identidad, que demostraron que era un inmigrante mexicano llamado Raúl H. Castro. Ese día cumplía 96 años.

Ana Doan, una amiga de toda la vida que lo llevaba a una celebración en Tucson, les suplicó a los agentes, sin éxito, que le permitieran darle al hombre un poco de agua.

“Yo les gritaba a los agentes que se trataba de un exgobernador del estado de Arizona”, dijo ella.

Castro había nacido en 1916 en el norte de México en una familia muy afectada por la pobreza que cruzó la frontera cuando él era niño y se convirtió en el primer y el único gobernador latino electo de Arizona en 1974. La suya es una excepcional carrera política que resulta casi inimaginable de repetir en la Arizona actual.Desde la victoria histórica de Castro hace 46 años, ningún latino ha sido elegido para desempeñar otro cargo público estatal en Arizona, y mucho menos como gobernador. En cambio, este estado se ha convertido en una suerte de laboratorio para las políticas destinadas a mantener a los extranjeros fuera del país y reducir la influencia de los latinos en la política estadounidense, políticas que ayudaron a sentar las bases para las medidas antimigratorias en otros estados y en la Casa Blanca de Donald Trump.Esta primavera se cumplen diez años desde que los líderes de Arizona promulgaron una de las leyes antimigratorias más polémicas que ningún otro estado haya adoptado en su historia reciente: la ley SB 1070, la primera de las leyes conocidas que permiten que las autoridades pidan a las personas que les muestren sus papeles. Son las mismas leyes que les dieron al alguacil del condado de Maricopa Joe Arpaio y a otros policías locales amplios poderes para detener a cualquiera sin una orden judicial, con lata sola sospecha de que habían cometido un delito que ameritara la deportación.Este estado también exigió a los empleadores descartar a los trabajadores indocumentados, eliminó la elegibilidad de los inmigrantes indocumentados para las tarifas escolares para residentes del estado e introdujo barreras que dificultan que los latinos puedan votar. Incluso ahora, otros estados del país están implementando leyes similares a los primeros intentos de Arizona para limitar la inmigración.Sin embargo, justo cuando los electores van a las urnas para las elecciones primarias demócratas estatales del 17 de marzo, la enmarañada política migratoria de Arizona se ha vuelto más impredecible e incluso algunos republicanos e independientes en el estado están rechazando la política divisoria de los últimos veinte años, lo cual sugiere que tal vez las políticas migratorias de mano dura del presidente Donald Trump no encuentren la aprobación generalizada que alguna vez tuvieron en este estado.La historia de la evolución turbulenta del tema migratorio en Arizona —desde Raúl Castro hasta Joe Arpaio y la elección al Senado de Estados Unidos en 2018 de la demócrata Kyrsten Sinema— ofrece una fascinante lección de la historia del suroeste estadounidense y, posiblemente, del futuro del Partido Demócrata tras desafiar la supremacía republicana en los bastiones tradicionales.

“Arizona es una advertencia para el resto de los Estados Unidos”, dijo Lisa Urias, empresaria de Phoenix que vivió la intensa caída de Arizona en el nativismo patrocinado por el estado. “Es extremadamente preocupante que ahora estemos repitiendo, al frente y al centro del escenario nacional, un doloroso capítulo en la historia de Arizona”, agregó.

La transformación de Arizona sucedió en medio de cambios demográficos colosales que todavía están reconfigurando la política estadounidense.

Hoy en día los latinos constituyen una tercera parte de la población del estado, mientras que cuando Castro fue electo gobernador a mitad de los años 70 solo eran el 10 por ciento.

Durante ese mismo periodo, Arizona experimentó una de las migraciones internas más destacables del último medio siglo. Estadounidenses de otros estados de la unión —sobre todo personas blancas del cinturón industrial, California y ciertos lugares del sur— incrementaron la población de 2,2 millones en la época de Castro a más de 7 millones en la actualidad.

Muchos de los recién llegados trajeron consigo sus preferencias políticas conservadoras. Se instalaron en los suburbios soleados e instalaron estacas en un estado fundado por hombres que habían buscado evitar que alguien como Castro alguna vez alcanzara el poder.
Un boxeador se lleva el título

Castro era un candidato improbable en Arizona. Aunque una gran población hispana mantuvo cierta influencia en Nuevo México, Arizona fue un lugar donde los anglosajones controlaron las palancas del poder desde sus inicios.

Después de adquirir la categoría de estado en 1912, los funcionarios promulgaron un impuesto electoral encaminado a impedir el voto de los hispanos. Hasta la década de 1960, los líderes electos, como el senador Barry Goldwater, candidato republicano a la presidencia en 1964, trataron de impedir que los ciudadanos hispanohablantes votaran, exigiendo pruebas de alfabetización en inglés.

En su infancia, Castro tuvo que hurgar en la basura para conseguir alimentos después de que su familia cruzó la frontera. Sobrevivió como indigente durante la Gran Depresión antes de regresar a Arizona, donde le molestó la segregación que relegaba a los hispanos a una condición de inferioridad. Castro llegó a convertirse en fiscal, juez y embajador, algo sin precedentes para un inmigrante mexicano en el estado.

Cuando postuló para gobernador en 1974, cultivó vínculos con republicanos prominentes y cortejó a los liberales apoyando los derechos de la mujer y el gasto para luchar contra la pobreza.

Mientras tanto, en el estado se hacían escuchar nuevas formas de activismo político.

Otro arizonano, César Chávez, cofundador de United Farm Workers que nació en Yuma en 1927, había movilizado a los latinos en contra de una ley que limita la organización sindical en los campos de Arizona.

Castro, un abogado que se adhería a los ideales establecidos, rara vez coincidía con Chávez. Sin embargo, logró impulsarse con el nuevo activismo.

Después de hacer campaña en lugares abandonados por los republicanos, especialmente en zonas remotas de la Nación Navajo, obtuvo la victoria por un margen mínimo.

Sin embargo, para consternación de sus seguidores, Castro solo fungió dos años como gobernador antes de aceptar el nombramiento del presidente Jimmy Carter como embajador en Argentina en 1977.

Arizona comenzó un viraje aún más a la derecha. En 1986, un distribuidor de Pontiac llamado Evan Mecham organizó una campaña para gobernador basada en el ataque a la élite republicana del estado. Para sorpresa de la clase política establecida de Arizona, ganó.

El estado atrajo a hombres y mujeres como Jack Oliphant, un predicador evangélico de Florida que se había mudado a Arizona en 1976, cuando Castro era gobernador. Al igual que otros en el movimiento de milicias que siguieron sus pasos, Oliphant descubrió que el desierto de Arizona era el lugar perfecto para alimentar las profecías del derramamiento de sangre.
Los indeseables se quedan fuera

Oliphant, conocido entre sus seguidores como ‘Jack el predicador’ lideraba un campamento de trabajo de orientación cristiana para adolescentes con problemas. Les dijo a sus seguidores que se avecinaba una guerra racial y formó una milicia, los Patriotas de Arizona.

Según el FBI, que se infiltró secretamente al grupo, los Patriotas estaban preparando un “complejo de defensa” protegido por armas automáticas de calibre 50 “para mantener fuera a todos los indeseables”.

Oliphant y sus seguidores fueron arrestados en 1986 luego de que agentes federales encontraran un arsenal y planes de atacar sinagoas y edificios federales con flechas equipadas con puntas explosivas, morteros de fabricación casera y gas somnífero.

En 1986, el mismo año que Jack el predicador fue arrestado, un concesionario de Pontiac de nombre Evan Mecham postuló a la gubernatura con una plataforma que atacaba a la élite republicana del estado.

Y para sorpresa de la élite política de Arizona, ganó.

El día de su toma de protesta, en 1987, Mecham anunció la cancelación en el estado del día festivo en honor a Martin Luther King Jr. Poco después, exigió una lista de los empleados estatales homosexuales. Enfureció a los líderes hispanos al nombrar a una reportera del clima como su enlace con esa comunidad y justificó el nombramiento diciendo que era porque le gustaba la apariencia de la mujer.

Este tipo de estrategias motivaron boicots económicos a Arizona y causaron indignación entre la comunidad empresarial del estado. Para 1988, el Senado estatal había destituido de su cargo a Mecham tras condenarlo por obstrucción de la justicia y malversación de fondos públicos en un juicio político.

Esta estrategia enardeció a sus seguidores. Algunos se definieron como insurgentes contra la clase dirigente y obtuvieron escaños en la legislatura estatal, donde comenzaron a abrir un nuevo frente contra la creciente población inmigrante del estado.

Russell Pearce, un ex oficial de policía que resultó electo a la legislatura en 2000, pedía deportaciones en masa mucho antes de la candidatura presidencial de Trump. “Sabemos lo que tenemos que hacer”, dijo Pearce en una emisora de radio de Arizona en 2006.

Mucho antes de que el presidente Trump hiciera campaña para eliminar del país a millones de inmigrantes indocumentados, Pearce ya estaba pidiendo deportaciones masivas, que decía se inspiraban en las tácticas de estilo militar utilizadas en la década de 1950 para deportar a cientos de miles de inmigrantes mexicanos, incluidos muchos que eran ciudadanos de Estados Unidos.

“Sabemos lo que tenemos que hacer”, dijo Pearce a una estación de radio de Arizona en 2006.

Mientras Pearce lamentaba el crecimiento de la población inmigrante de Arizona, otro cambio demográfico estaba reconfigurando Arizona: los inmigrantes blancos de otras partes de Estados Unidos llegaban atraídos por el clima soleado del estado y los bajos impuestos.

En un período de seis años, la población del estado aumentó un 20 por ciento: de 5,1 millones en 2000 a 6,2 millones en 2006. Las personas de otros estados, en su mayoría inmigrantes blancos, representaron más de la mitad de dicho aumento.

El crecimiento de la población hispana que sucedía al mismo tiempo inquietó a algunos de los inmigrantes blancos que se habían establecido sobre todo en áreas suburbanas alrededor de Phoenix, como Mesa, la ciudad al este de donde era Pearce. Los roces se empezaron a acumular.
El Sheriff Arpaio hace agitar sus esposas

Fue poco después de la medianoche del 16 de octubre de 2008, cuando se escuchó la voz del operador del Departamento de Policía de Mesa por el sistema de radio.

“Oigan, hay una gran cantidad de hombres vestidos con lo que parece equipo táctico juntándose en un parque local”, dijo.

Era una fuerza de 60 hombres en el parque cercano al Templo Mormón de Mesa con equipo estilo SWAT y rifles.

Acompañado por perros policías, el grupo irrumpió en el Ayuntamiento de Mesa alrededor de las 2:30 a.m. en un operativo dirigido a inmigrantes latinos. La redada había sido ordenada por el sheriff del condado, Joe Arpaio.

La operación fue un fracaso. Los agentes solo encontraron tres mujeres indocumentadas de mediana edad que hacían limpieza. Ni el alcalde ni el jefe de policía enMea, una ciudad de medio millón de habitantes, tenía idea de los planes de Arpaio

Nacido en 1932 de inmigrantes italianos en Massachusetts, Joe Arpaio hizo de las tácticas divisorias una característica de sus 24 años de reinado como alguacil del condado de Maricopa. Instaló un centro de detención en un campamento sofocante afuera del Ayuntamiento y ordenó redadas de migrantes indocumentados, lo cual se considera como discriminación racial ilegal.

En el apogeo del poder de Arpaio el jefe de policía en Mesa era un inmigrante cubano, George Gascón. Gascón se enfrentó una y otra vez con el Arpaio debido a las afirmaciones del alguacil de que los inmigrantes latinos eran una amenaza criminal.

“En Arizona, ser antiinmigrante es un lenguaje en código para decir que no te gusta la gente morena”, dijo Gascón, quien se convirtió en fiscal de distrito en San Francisco y ahora postula para el mismo puesto en Los Ángeles.

Arpaio alegó que la anarquía de la escalada de la guerra contra las drogas de México se filtraba a través de la frontera. Los grupos antinmigrantes comenzaron a recabar firmas para la implementación de una medida que exige que los electores de Arizona presenten una prueba de ciudadanía, a la vez que publicaban estudios en los que se culpaba a la inmigración en el estado de los delitos violentos.

El programa “Nightline” de ABC News aumentó el ataque en 2009 al afirmar, sin base objetiva, que los cárteles mexicanos de la droga habían convertido a Phoenix en la capital mundial del secuestro, tan solo en segundo lugar después de la Ciudad de México.

Poco después los políticos empezaron a repetirlo: “¿Por qué Phoenix, Arizona, es la capital de secuestro número 2 del mundo?” dijo John McCain, el senador republicano de Arizona que murió en 2018, en Meet the Press. “¿Eso significa que nuestra frontera está a salvo? Por supuesto no.”

Nuevas milicias entraron en acción. Su afán de violencia se hizo evidente una noche de mayo de 2009, cuando una mujer llamada Gina González llamó al 911 desde su casa en la ciudad de Arivaca, cerca de la frontera.

“No puedo creer que hayan matado a mi familia” dijo.

Los atacantes, que se identificaron como agentes de la ley, allanaron su hogar. Dispararon a la pareja de Gonzalez, Raúl Flores Jr. de 29 años y a la hija de 9 años de ambos, Brisenia. Gonzalez recibió tres disparos pero sobrevivió.

Arivaca no parecía ser el lugar para hechos tan sangrientos. Era un pueblo de unos 600 habitantes donde vivían artistas y jubilados. Pero eso fue antes de que se estableciera ahí Minutemen American Defense, uno de los grupos militantes nativistas con más influencia en las guerras migratorias de Arizona.

Cuando los miembros de la milicia llamaron a la puerta de la familia, dijeron que buscaban fugitivos. Pero las autoridades luego dijeron que los asaltantes creían que había efectivo en la casa. La líder era una ex esteticista llamada Shawna Forde.

Agentes federales la rastrearon hasta un rancho remoto en la frontera y la arrestaron. Ella y el hombre acusado de apretar el gatillo fueron finalmente condenados a muerte.

Aún así, incluso después de los asesinatos de Arivaca, los líderes políticos fueron incapaces de tomar medidas enérgicas contra los vigilantes. En cambio, cambiaron su enfoque a otro punto a lo largo de la frontera: un rancho de 35.000 acres cerca de Douglas.
La muerte de un ranchero

La familia de Robert Krentz Jr.’s había trabajado la tierra cercana a Douglas durante décadas. Krentz estaba acostumbrado a que los migrantes cruzaran su propiedad; a los visitantes les decía que a menudo les daba agua a los sedientos que cruzaban la frontera.

Un día de 2010, cuando el Krentz conducía su vehículo todo terreno en el rancho, hizo una confusa llamada de radio en la que al parecer decía que iría a ver a alguien que necesitaba ayuda. Luego la radio se quedó en silencio. Un equipo de búsqueda policial encontró el cuerpo de Krentz ese mismo día, aún en su vehículo. Tenía tres heridas de bala.

Las ventas de armas en la región fronteriza donde fue asesinado aumentaron en un 20 por ciento. La histeria antiinmigrante que había comenzado con el miedo a los secuestros se disparó cuando las autoridades afirmaron que probablemente el asesino de Krentz era un inmigrante, aunque el asesinato nunca se resolvió.

“La combinación de estos dos factores hizo que las personas estuvieran listas para creer y aceptar cualquier cosa”, dijo Stan Barnes, un estratega republicano en Phoenix.

Russell Pearce, el legislador estatal conocido por actuar en contra de los inmigrantes, estaba listo. Después de una serie de crímenes de alto perfil, se promulgó en la legislatura de Arizona su proyecto de ley SB 1070, que generó una protesta nacional.

Jan Brewer, la gobernadora republicana en ese momento, asistió a una gala de líderes empresariales hispanos en honor a nada menos que a Raúl Castro. Brewer dijo en un discurso esa noche que había escuchado las preocupaciones de los líderes hispanos sobre la legislación propuesta. Les aseguró que “haría lo correcto, para que todos fueran tratados de forma justa”.
Empiezan los boicots

Semanas después, Juan Varela estaba regando las plantas de chile en su patio delantero en la calle South Montezuma en Phoenix cuando un vecino, Gary Kelley, se acercó para hablarle de la ley. Kelley había bebido y comenzó a insultarlo a gritos.

“¡Espalda mojada!”, le gritó, según un informe policial. “¡Si no vuelves a México, vas a morir!”.

Varela intentó patear a Kelley en la ingle, pero falló. Luego, Kelley sacó un revólver calibre .38 y le disparó a Varela en la cabeza. Los fiscales lo calificaron como un crimen de odio.

Las consecuencias de la SB 1070 eran claras: nuevamente corría la sangre.

Las organizaciones latinas presionaron para boicotear económicamente al estado. Los viajeros de otros estados comenzaron a cancelar reservaciones de hotel. El Concejo de la Ciudad de Los Ángeles aprobó una medida para limitar las compras de Arizona y evitar que los trabajadores de la ciudad viajaran al estado en visitas oficiales, lo que inspiró a otras ciudades.

Pearce y sus aliados redoblaron su apuesta. Con el argumento de que los niños latinos al crecer querrían derrocar al gobierno de Estados Unidos, cerraron el programa de estudios mexicano-estadounidenses de las escuelas públicas de Tucson y prohibieron los estudios étnicos en todo el estado.

Luego, con Pearce como presidente del Senado estatal, los legisladores conservadores elaboraron propuestas para obligar a los funcionarios escolares y los profesionales médicos a preguntar a estudiantes y pacientes sobre su estado migratorio.

No obstante, el Senado de Arizona desafió a su propio líder y rechazó la legislación propuesta. Finalmente, muchos en el estado parecían haber tenido suficiente.

Aunque Pearce estaba decidido a no ceder, los electores lo sacaron del poder con un referendo en 2011.

Un año después, Castro, cerca del final de su larga vida, soportaba la humillante detención por parte de los agentes de la Patrulla Fronteriza. Posteriormente, los tribunales declararon inconstitucionales grandes partes de la ley SB 1070 y, cuando fue eliminada, los partidarios de las medidas estrictas en Arizona quedaron marginados en un estado que trataba de superar un episodio de agitación nativista.



Simon Romero es corresponsal del Times radicado en Albuquerque que cubre temas de inmigración, entre otros. Anteriormente fue jefe del buró en Brasil y Caracas, en Venezuela. Desde Houston reportó sobre la industria energética global. @viaSimonRomero


nytimes

Coronavirus: Así enfrentaron la epidemia algunas ciudades asiáticas muy pobladas

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SINGAPUR — Dos horas. Ese es todo el tiempo que tienen los equipos médicos de Singapur para descubrir los primeros detalles de cómo fue que sus pacientes contrajeron el coronavirus y a qué personas pudieron infectar.

¿Viajaron al extranjero? ¿Tienen algún vínculo con uno de los cinco grupos de contagio identificados en toda la ciudad Estado? ¿Tosieron encima de alguien en la calle? ¿Quiénes son sus amigos y familia, con quiénes se van a tomar un trago y con quiénes comparten sus rezos?

Mientras las naciones de Occidente enfrentan la propagación descontrolada del coronavirus, la estrategia de Singapur, de moverse con rapidez para localizar y realizarles pruebas a casos sospechosos, es un modelo para mantener controlada la epidemia, aunque no aniquila por completo las infecciones.

Con un detallado trabajo detectivesco, los rastreadores gubernamentales de contactos encontraron, entre otros, a un grupo de entusiastas de la música que cantaban juntos y expulsaban gotículas respiratorias, con lo que propagaron el virus a sus familias y luego a un gimnasio y una iglesia, y terminaron por formar la mayor concentración de casos en Singapur.

“Queremos estar uno o dos pasos adelante del virus”, comentó Vernon Lee, director de la división de enfermedades contagiosas del Ministerio de Salud de Singapur. “Si persigues el virus, siempre estarás en desventaja”.

Singapur, junto con Taiwán y Hong Kong, cuenta con estrategias exitosas, al menos hasta el momento, para combatir una pandemia que ha infectado a más de 182.000 personas y ha cobrado la vida de al menos 7300 en todo el mundo. A pesar de haber registrado los primeros casos del virus hace meses, estas tres sociedades asiáticas han detectado apenas un puñado de muertes y relativamente pocos casos, aunque siguen enfrentando riesgos pues la gente que proviene de focos nacientes de infección en Estados Unidos, Europa y cualquier otra parte del mundo transporta el virus.

La intervención temprana es clave, al igual que un rastreo minucioso, cuarentenas obligatorias y un distanciamiento social meticuloso, todo bajo la coordinación de líderes dispuestos a actuar rápido y a ser transparentes.

En Singapur, la información sobre los lugares donde viven, trabajan y juegan los pacientes se divulga rápidamente en línea, y esto permite que los demás se protejan. Los contactos cercanos de los pacientes son sometidos a una cuarentena para limitar la propagación. Esta semana, el gobierno fortaleció aún más sus fronteras para protegerse en contra de una nueva ola de infecciones importadas.

Algunas de estas lecciones llegaron demasiado tarde a Estados Unidos y Europa, donde el contagio se está propagando mientras algunos gobiernos demoran y debaten las medidas.

Además, los sistemas de monitoreo en Singapur, Taiwán y Hong Kong fueron perfeccionados a lo largo de varios años, después de haber tenido fallas para detener otro brote peligroso —el SRAS— hace 17 años. Estados Unidos disolvió su unidad de respuesta pandémica en 2018.

También está la duda de cuán replicable es este modelo de los centros asiáticos más pequeños en los grandes países occidentales donde las personas podrían irritarse por el aprovechamiento de cámaras de circuito cerrado de televisión o de los registros de inmigración para la salud de todo un país. Este tipo de control de enfermedades infringe las libertades individuales, y lugares como Singapur, donde se prohibió la goma de mascar, hay más disposición a aceptar órdenes del gobierno.

“Quizás sea por nuestro contexto asiático, pero nuestra comunidad está un poco preparada para esto”, dijo Lalitha Kurupatham, subdirectora de la división de enfermedades transmisibles en Singapur. “Seguiremos luchando, porque el aislamiento y la cuarentena funcionan”.

Singapur, un país rico y ordenado ha pasado años construyendo un sistema de salid pública que incluye clínicas especiales para epidemias y un sistema de mensajería oficial que insta a las personas a lavarse las manos y a estornudar en un pañuelo durante la temporada de influenza. La Ley de Enfermedades Infeciosas le da a este estado nación una amplia facultad para priorizar el bien común por encima de las precupaciones de privacidad.

“En tiempos de paz planeamos para epidemias como esta”, dijo Kurupatham.

Como la responsable del programa de rastreo de contactos en Singapur, ha estado trabajando 16 horas al día durante dos meses y su descripción de una guerra contra la enfermedad está en función de la vulnerabilidad al contagio. Singapur es un puntito rojo en el mapamundi pero también una isla densamente poblada donde cada vuelo es internacional.

En los primeros días del brote, Singapur fue muy vulnerable debido a una gran población de China continental que llegó durante las festividades del Año Nuevo chino.

Las decenas de casos confirmados en Singapur son el reflejo de la disponibilidad gratuita y generalizada de las pruebas. Muchos fueron casos leves que de otra forma no habrían sido diagnosticados. Sin embargo, Singapur se apresuró para detener la posibilidad de una transmisión desbocada a nivel local.

“Hasta que se supo de Italia, Corea e Irán, Singapur era el peor caso aparte de China”, comentó Linfa Wang, director del programa de enfermedades infecciosas nacientes de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional de Singapur-Duke. “¿Por qué no nos sentimos así? Porque el gobierno es muy transparente y porque esa cifra significa que somos muy eficaces en el rastreo y aislamiento de cada caso”.

A pesar del pánico que surge en todas partes, la mayoría de los singapurenses no usa cubrebocas en la calle porque el gobierno les ha dicho que no es necesario para su seguridad. La mayoría de las escuelas están abiertas, aunque con almuerzos espaciados entre sí para evitar las grandes multitudes. Hay bastante papel de baño.

Hasta el martes por la noche, Singapur tenía 266 casos confirmados. Tan solo una fracción son misterios, pues no están relacionados con un viaje del extranjero ni con grupos de infección locales previamente identificados, los cuales incluyen iglesias y una cena privada.

Cerca de 115 pacientes han sido dados de alta del hospital. Singapur no ha registrado muertes por el coronavirus.

Cuando los rumores de un misterioso virus respiratorio comenzaron a circular en China a principios de año, Singapur se movió con rapidez. Fue uno de los primeros países en prohibir la entrada a todos los viajeros de China continental, a partir de finales de enero. Los escáneres térmicos medían las temperaturas de todos los que llegaron al país.

En una nación de 5,7 millones de residentes, Singapur desarrolló rápidamente la capacidad de administrar pruebas de coronavirus a más de 2000 personas por día. En el estado de Washington, uno de los lugares más afectados en los Estados Unidos, los laboratorios públicos tienen como objetivo procesar 400 muestras al día.

En Singapur, las pruebas son gratuitas, al igual que el tratamiento médico para todos los residentes. Singapur tiene 140 rastreadores de contactos que hacen esquemas de la historia clínica de cada paciente, junto con la policía y los servicios de seguridad que hacen el trabajo en la calle.

Después de semanas de investigación y con el uso de una nueva prueba de anticuerpos que puede detectar a la gente que se ha recuperado, los funcionarios de salud pudieron relacionar dos aglomeraciones de 33 personas en iglesias con una cena para celebrar el Año Nuevo chino a la que asistieron miembros de ambas congregaciones. La gente que transmitió la enfermedad entre las dos iglesias nunca mostró síntomas graves.

Los contactos cercanos de los pacientes son puestos en cuarentena obligatoria para impedir un mayor contagio. Casi 5000 han sido aislados. Las personas que no cumplan con las órdenes de cuarentena pueden enfrentar cargos penales.

En Singapur, a todos los pacientes con neumonía se les hace la prueba del coronavirus; también a las personas que están de gravedad. Se han identificado casos positivos en el aeropuerto, en clínicas gubernamentales y, con mayor frecuencia, por medio del rastreo de los contactos.

El brote del SRAS en 2003 moldeó el régimen epidémico de Singapur, cuando de 238 casos confirmados murieron 33. Al igual que en Hong Kong, los trabajadores del sector salud fueron algunas de las bajas en Singapur.

En Hong Kong, el inmenso número de muertos que causó el SRAS, casi 300 personas, ha provocado que en esta ocasión los habitantes del territorio semiautónomo chino ejerciten sus músculos vestigiales de prevención de enfermedades, a pesar de que en un inicio las autoridades locales hayan titubeado para determinar si debían cerrar la frontera con China continental. Casi todo el mundo, al parecer, comenzó a usar desinfectante para manos. Los centros comerciales y las oficinas instalaron escáneres térmicos.

“Lo más importante es que la gente de Hong Kong tiene recuerdos profundos del brote del SRAS”, mencionó Kwok Ka-ki, un legislador de Hong Kong que también es doctor. “Todos los ciudadanos hicieron su parte, incluido el uso de cubrebocas, el lavado de manos y la toma de precauciones necesarias, como evitar lugares llenos de gente y reuniones”.

Con el tiempo, el gobierno de Hong Kong tomó medidas equivalentes a la cautela del público. Se restringieron los cruces fronterizos. Los funcionarios públicos recibieron la orden de trabajar desde casa, y esto provocó que las empresas hicieran lo mismo. Cerraron las escuelas en enero, al menos hasta finales de abril.

Taiwán actuó incluso más rápido. Como Hong Kong y Singapur, Taiwán estaba conectado con vuelos directos a Wuhan, la ciudad china donde se cree que se originó el virus. A finales de diciembre, el centro de comando nacional para la salud de Taiwán, el cual se creó después de que el SRAS cobró la vida de 37 personas, comenzó a ordenar exámenes para los pasajeros provenientes de Wuhan, incluso antes de que Pekín admitiera que el coronavirus se estaba propagando entre humanos.

“Como aprendimos nuestra lección con el SRAS, en cuanto comenzó el brote, adoptamos una estrategia interdepartamental”, comentó Joseph Wu, el ministro de Exteriores de Taiwán.

Para fines de enero, Taiwán había suspendido los vuelos desde China, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud aconsejó no hacerlo. El gobierno también acogió el uso de los macrodatos, al integrar su base de datos nacional de seguros de salud con su información sobre inmigración y aduanas para rastrear casos potenciales, señaló Jason Wang, director del Centro de Prevención, Resultados y Políticas de la Universidad de Stanford. Cuando se descubrieron los casos de coronavirus en el crucero Diamond Princess después de una parada en Taiwán, se enviaron mensajes de texto a todos los teléfonos móviles en la isla, con la lista de cada restaurante, sitio turístico y destino que habían visitado los pasajeros del barco durante su tiempo en tierra.

Hasta el martes, Taiwán había registrado 77 casos de coronavirus, aunque sus críticos están preocupados de que las pruebas no tengan una distribución suficiente. Los estudiantes regresaron a clases a finales de febrero.

Con las nuevas oleadas del virus en todo el mundo, los funcionarios de salud pública en los tres lugares se están preparando para una pelea más larga.

El martes, el gobierno de Hong Kong, donde solo se confirmaron 157 casos, anunció una cuarentena obligatoria de 14 días para todos los viajeros del extranjero a partir de esta semana.

Taiwán requerirá la cuarentena para las personas provenientes de una lista de 20 países y tres estados estadounidenses.

La semana pasada, el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, advirtió que la cantidad de casos en el país va a aumentar de forma considerable. El martes, Singapur anunció 23 nuevos pacientes con coronavirus, la suma más alta en un solo día, con 17 casos importados.

La ciudad-estado ha restringido aún más sus fronteras. Las llegadas desde el sureste asiático y las regiones de Europa deben someterse a catorce días de cuarentena autoimpuesta.

“El mundo solo es tan bueno como lo sea su eslabón más débil”, comentó Lee, director de la división de enfermedades contagiosas de Singapur. “Las enfermedades no respetan fronteras”.

nytimes.com

Gendarmería confirma "intento de fuga masiva" en penal Santiago 1

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Una decena de reos protagonizó diversos incidentes al interior de la Cárcel Santiago 1, situación que generó un incendio al interior del penal.

Eduardo Muñoz, coronel inspector operativo de Gendarmería confirmó que se trató de una fuga masiva de reos, la cual fue frustrada por personal de la cárcel.

Asimismo, se reportó la presencia de humo luego de que personas habrían quemado colchones en la cárcel.
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