Un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia confirmó el
origen de los proyectiles que explosionaron este martes en una granja
cercana a la frontera con Ucrania y convocó al embajador ruso en este
país para "pedir explicaciones" después de registrase dos muertes. Por
su parte, Rusia negó la autoría de lo sucedido y los miembros de la OTAN
acordaron reunirse de urgencia para discutir lo sucedido bajo la
convocatoria del Artículo 4. De confirmarse, este sería el primer uso de
armas rusas sobre suelo de un aliado de la OTAN.
Polonia confirmó que los misiles que explosionaron en una granja
cercana a la frontera con Ucrania "son de fabricación rusa". El anuncio
se dio después de que dos proyectiles explosionaran en una zona rural
cercana a la localidad de Przewodow causando dos fallecidos. Este ataque
ha puesto en alerta a todos los miembros de la OTAN, que han convocado
el Artículo 4 de la organización para reunirse y discutir lo sucedido.
De confirmarse lo anunciado por Polonia, supondría el primer ataque con
armas rusas a un miembro de esta organización.
Según el artículo 4
del tratado fundacional de la alianza militar los miembros pueden
plantear cualquier asunto de interés, especialmente relacionado con la
seguridad de un país miembro. Uno de los diplomáticos dijo que la
alianza actuaría con cautela y que necesitaba tiempo para verificar cómo
ocurrió exactamente el incidente.
Los hechos han provocado que el
portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia llamase a
reunión también al embajador ruso en el país, aunque Rusia negó
cualquier relación con las explosiones desde un primer momento. A su
vez, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki pidió calma a todos
los polacos y prometió reforzar el espacio aéreo polaco "junto con todos
sus aliados de la OTAN".
El presidente polaco, Andrzej Duda,
también se dirigió a los medios asegurando que "se está actuando con
calma" y que lo ocurrido se trata de "un incidente que no volverá a
ocurrir".
La explosión se produjo después de que Rusia bombardeara
ciudades de toda Ucrania con misiles, ataques que, según Kiev, fueron
la oleada más fuerte de bombardeos en casi nueve meses de invasión rusa.
Algunos alcanzaron la ciudad occidental de Lviv, a menos de 80
kilómetros de la frontera con Polonia.
Los líderes de la Unión
Europea presentes en los encuentros del G20 en Bali se reunirán
probablemente el miércoles para discutir la explosión en Polonia, dijo
el martes el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Mientras
tanto, el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, se apresuró en
calificar de "escalada muy importante" lo sucedido en Polonia y acusó
directamente a Rusia de ello.
Declaró también que
se había restablecido el suministro eléctrico a 8 millones de personas
en Ucrania después de que los ataques rusos al país provocaran cortes de
electricidad generalizados en toda Ucrania.
"Alrededor de 10
millones de ucranianos habían sido desconectados (de la red eléctrica)
tras el ataque terrorista. Ya se ha restablecido el suministro a 8
millones de personas. Los ingenieros y técnicos trabajarán durante toda
la noche", dijo en Twitter.
Firmeza en el G20 contra la guerra de Rusia en Ucrania
En
un esperado discurso por videoconferencia más temprano, el presidente
ucraniano Volodímir Zelenski había aseguró que el conflicto atraviesa
por el momento más indicado para presionar a Rusia a desistir de sus
planes ocupacionistas y descartó conversaciones con su contra parte.
"Estoy
convencido de que ahora es el momento en que la guerra de Rusia debe y
puede detenerse (…) No permitiremos a Rusia que tome un respiro,
reconstruya sus fuerzas y luego comience un nuevo episodio de terror y
desestabilización", declaró Zelenski a los líderes de las principales
economías del mundo, en la cumbre que se desarrolla en Bali, Indonesia.
Las
declaraciones del jefe de Estado se producen en momentos en que las
fuerzas ucranianas muestran constantes avances en su contraofensiva
frente a las tropas invasoras. Entre sus destacadas operaciones está la reciente liberación de Jersón, la
única capital regional que se encontraba en manos del Ejército ruso
desde que Vladimir Putin ordenó la invasión el pasado 24 de febrero.
Zelenski fue más allá y descartó posibles conversaciones con el Kremlin. "No habrá Minsk 3
que Rusia violaría inmediatamente", dijo, en referencia a los diálogos
registrados en 2014, cuando Moscú se anexó ilegalmente la provincia de
Crimea, en el sur de Ucrania; y en 2015, en los enfrentamientos
posteriores en el este del país y en medio de acusaciones mutuas de
violar el acuerdo.
Las dos partes también sostuvieron en la capital bielorrusa una ronda de conversaciones en las primeras semanas del conflicto en curso, que luego sucumbió ante las constantes hostilidades rusas.
El
mandatario funde así el impulso tomado por Washington, que
recientemente sostuvo contactos con altos funcionarios rusos, y de
Turquía para una eventual nueva ronda de conversaciones. Este
acercamiento fue confirmado el lunes 13 de noviembre por el portavoz del
Kremlin, Dmitry Peskov.
"Tales negociaciones realmente tuvieron
lugar. Ocurrieron por iniciativa de la parte estadounidense", aseguró
Peskov, sin entregar mayores detalles de las conversaciones.
Zelenski propone un plan de paz de 10 puntos
Kiev
asegura que Moscú violaría cualquier ronda de negociaciones
bilaterales. Zelenski opta en cambio por una mayor presión
internacional.
En su intervención el presidente pidió a los
líderes del G20, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y
el líder chino Xi Jinping, que adopten una fórmula de paz de 10 puntos y
pongan fin a la guerra "justamente y sobre la base de la Carta de la
ONU y el derecho internacional".
En este sentido, el presidente
ucraniano -que se refirió al G20 como el G19, en una forma de excluir de
su consideración a Rusia- convocó a una conferencia internacional para
"cimentar un elemento clave de la arquitectura de seguridad de la
posguerra en el espacio euroatlántico" y evitar que se repita la
"agresión rusa".
"Por favor, elijan su camino hacia el liderazgo, y juntos seguramente implementaremos la fórmula de la paz", sostuvo Zelenski.
Reiterando que Rusia debe retirar todas sus tropas de Ucrania y que
no puede haber concesiones territoriales por parte de Kiev, el
presidente ucraniano pidió la liberación de todos los prisioneros
ucranianos y restaurar la "seguridad radiológica" con respecto a la
planta de energía nuclear de Zaporizhia, introducir restricciones de
precios en los recursos energéticos rusos y expandir una iniciativa de
exportación de granos ucranianos.
"Si Rusia se opone a nuestra fórmula de paz, verá que solo quiere la guerra", aseveró el jefe de Estado.
Para Rusia, el discurso de Zelenski confirma falta de voluntad para negociar
Cuestionado
sobre el discurso del presidente de Ucrania, el portavoz del Kremlin,
Dmitry Peskov, respondió que la declaración de Volodímir Zelenski de que
no habrá un acuerdo "Minsk 3" para poner fin a los combates confirma
que Kiev no está interesada en mantener conversaciones de paz con Moscú,
según difundió la agencia estatal de noticias rusa, RIA Novosti.
Las
conversaciones de paz entre las dos partes han sido escasas en los
últimos meses, luego de la ruptura de los primeros intentos de negociar
un alto el fuego, en la frontera ucraniana-bielorrusa durante las
primeras semanas de la guerra.
Entretanto y ante la postura de la
mayoría de países del G20 contra la guerra que Rusia llama "operación
militar especial", el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, acusó a
Occidente de tratar de "politizar" el proyecto de declaración final
conjunta de la cumbre en Bali.
Borrador de la declaración final del G20 carga contra Rusia por ordenar la guerra
La
mayoría de los países miembros del G20 condena con firmeza la guerra en
Ucrania y destaca sus devastadoras consecuencias humanas y económicas a
nivel global. Así lo señala el borrador de la declaración conjunta cuya
aprobación está prevista en el encuentro que continúa en Bali.
"Nuestra
era no debe ser de guerra (…) Es fundamental defender el derecho
internacional y el sistema multilateral que salvaguarda la paz y la
estabilidad" y "el uso o amenaza de uso de armas nucleares es
inadmisible", enfatiza el borrador de conclusiones del encuentro.
Si bien el pronunciamiento no resulta sorprendente ante los
fundamentos de las relaciones internacionales pacíficas que rigen desde
hace décadas, se convierte en uno de los pronunciamientos más fuerte del
bloque internacional contra Moscú. Hasta hace solo dos días Rusia
vetaba la inclusión de la palabra guerra, en cualquier contexto de su
ofensiva en curso.
La declaración ha sido interpretada por Europa,
Estados Unidos y Australia como una victoria y la confirmación de que
Putin estaría quedando más aislado y solo que nunca.
Una
apreciación que tomó mayor fuerza en esta cumbre luego de que China e
India, dos aliados tradicionales del Kremlin, también tomaran distancia
al respaldar el borrador. Ambos gobiernos coincidieron en que el
conflicto ha causado daños incalculables al mundo.
Aún sin
condenar directamente las hostilidades de Moscú, el primer ministro
indio, Narendra Modi, y el presidente chino, Xi Jinping, expresaron su
preocupación por los efectos financieros.
Los diplomáticos de
Estados Unidos continúan presionando para que el comunicado final apunte
a Rusia de manera contundente por la primera guerra en Europa desde el
conflicto de los Balcanes en la década de los 90 y sus devastadoras
consecuencias.