Este lugar, situado a poco más de quince kilómetros al sur de las
famosas pirámides de la meseta de Giza, es Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO y es conocido por la famosa pirámide escalonada del faraón
Djoser, la primera de la era faraónica.
El monumento, construido
alrededor del año 2.700 antes de nuestra era, del arquitecto Imhotep,
es considerado uno de los más antiguos sobre la superficie del planeta.
Las
cinco tumbas fueron descubiertas por arqueólogos egipcios al noreste de
la pirámide del rey Merenre I, que gobernó Egipto alrededor del 2270
antes de Cristo (a.C)
En la bóveda de uno de ellos, llamado Iry, las excavaciones sacaron a la
luz un sarcófago en piedra caliza y coloridos adornos representan
escenas funerarias, entre ellas "mesas de ofrendas, los siete óleos y la
fachada de un palacio", dijo en un comunicado.
De las otras tres tumbas, dos de seis metros de profundidad,
pertenecían a dos mujeres, una de las cuales era "la única responsable a
cargo del embellecimiento del rey", y al sacerdote Pepi Nefhany.
Y la última, dedicada a "Henu, mayordomo de la casa real", se hunde siete metros de profundidad, según la misma fuente.
En
enero de 2021, Egipto había revelado nuevos "tesoros" arqueológicos en
la necrópolis de Saqqara, entre ellos una cincuentena de sarcófagos del
Imperio Nuevo de más de 3.000 años, asegurando que permitían "reescribir
la historia" de este periodo.
Las autoridades egipcias esperan inaugurar el "Gran Museo Egipcio"
cerca de la meseta de Giza en los próximos meses y cuentan con estos
nuevos descubrimientos para reactivar el turismo, duramente golpeado por
la pandemia de covid-19.
Este sector, que emplea a dos millones
de personas y genera más del 10% del PIB, está a media asta desde la
Primavera Árabe de 2011.