El testamento de Nicanor Parra reveló que más de la mitad de su herencia recaerá en su hija menor, Colombina.
Según informó La Tercera, el antipoeta firmó el documento el 4 de septiembre de 2017 en una notaría de San Antonio, un día antes de que cumpliera los 103 años y pocos meses antes de su fallecimiento.
Nicanor Parra tuvo seis hijos de tres matrimonios distintos: Catalina, Alberto y Francisca, hijos de Ana Troncoso; Ricardo, hijo de Rosa Muñoz; Colombina y Juan de Dios Barraco, hijos de Nury Tuca.
La ley chilena contempla que la mitad de los bienes del testador se reparten entre todos sus herederos, mientras que el otro 50 por ciento se divide en dos: Un 25 por ciento a cuarta de mejores y otro 25 por ciento a cuarta de libre disposición.
El primero, se debe otorgar a los mismos descendientes, mientras que el segundo puede estar destinado a cualquier persona, dentro o fuera de la familia.
Sin embargo, en el caso del autor de "Artefactos", ambas partes fueron destinadas a Colombina Parra, lo que la deja con el 58,3 por ciento de la herencia.
Al momento de morir, Parra conservaba cuatro casas: Isla Negra, Conchalí (Huechuraba), Las Cruces y La Reina. Esta última avaluada en 518 millones de pesos.
Por otro lado, también tenía terrenos en Peñalolén avaluados en 300 millones de pesos y un valioso patrimonio cultural que incluye derechos de autor administrados por la agencia española Carmen Balcells.
Sin embargo, Catalina Parra y su hermano Alberto decidieron iniciar acciones judiciales para cuestionar el testamento y recurrieron al estudio Grasty Quinta Majlis, que integran abogados como Jorge Meneses, Claudio Feller, Franco Achiardo y el exministro Jorge Burgos.
Según ellos, las dudas por el documento parten por la firma temblorosa del antipoeta, a quien le cuestionan su salud mental al momento de firmarlo y acusan a Colombina a hacer un testamento a su medida.
La medida judicial de los hermanos mayores ha enemistado a Catalina con su propio hijo, Cristóbal "Tololo" Ugarte, quien acusó a su madre de saber "que había un testamento y esperó a que se muriera mi abuelo para impugnarlo, cuando en realidad los últimos siete años ella estuvo ausente".
Según informó La Tercera, el antipoeta firmó el documento el 4 de septiembre de 2017 en una notaría de San Antonio, un día antes de que cumpliera los 103 años y pocos meses antes de su fallecimiento.
Nicanor Parra tuvo seis hijos de tres matrimonios distintos: Catalina, Alberto y Francisca, hijos de Ana Troncoso; Ricardo, hijo de Rosa Muñoz; Colombina y Juan de Dios Barraco, hijos de Nury Tuca.
La ley chilena contempla que la mitad de los bienes del testador se reparten entre todos sus herederos, mientras que el otro 50 por ciento se divide en dos: Un 25 por ciento a cuarta de mejores y otro 25 por ciento a cuarta de libre disposición.
El primero, se debe otorgar a los mismos descendientes, mientras que el segundo puede estar destinado a cualquier persona, dentro o fuera de la familia.
Sin embargo, en el caso del autor de "Artefactos", ambas partes fueron destinadas a Colombina Parra, lo que la deja con el 58,3 por ciento de la herencia.
Al momento de morir, Parra conservaba cuatro casas: Isla Negra, Conchalí (Huechuraba), Las Cruces y La Reina. Esta última avaluada en 518 millones de pesos.
Por otro lado, también tenía terrenos en Peñalolén avaluados en 300 millones de pesos y un valioso patrimonio cultural que incluye derechos de autor administrados por la agencia española Carmen Balcells.
Sin embargo, Catalina Parra y su hermano Alberto decidieron iniciar acciones judiciales para cuestionar el testamento y recurrieron al estudio Grasty Quinta Majlis, que integran abogados como Jorge Meneses, Claudio Feller, Franco Achiardo y el exministro Jorge Burgos.
Según ellos, las dudas por el documento parten por la firma temblorosa del antipoeta, a quien le cuestionan su salud mental al momento de firmarlo y acusan a Colombina a hacer un testamento a su medida.
La medida judicial de los hermanos mayores ha enemistado a Catalina con su propio hijo, Cristóbal "Tololo" Ugarte, quien acusó a su madre de saber "que había un testamento y esperó a que se muriera mi abuelo para impugnarlo, cuando en realidad los últimos siete años ella estuvo ausente".
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