La ciudad francesa de Verdún inició este domingo las conmemoraciones de la batalla homónima, cuyo primer cañonazo retumbó hace exactam...
La ciudad francesa de Verdún inició este domingo las conmemoraciones
de la batalla homónima, cuyo primer cañonazo retumbó hace exactamente
100 años, en plena Primera Guerra Mundial.
Unas 300 personas se reunieron bajo la llovizna donde todo empezó, en
el 'Bosque de Caures', a unos 15 kilómetros de Verdún (este francés).
Al alba, voluntarios franceses y alemanes vestidos de época recorrieron
un camino fangoso iluminado con velas, a la vez que leían documentos
históricos y evocaban la lluvia de obuses alemanes.
"Hace exactamente 100 años empezaba el bombardeo. Este delirio sin
precedentes retumbó hasta en los Vosgos, a 150 kilómetros (...) 1.400
cañones y morteros vomitaron casi un millón de obuses. Cerca de 400
cañones se concentraron en el bosque de Caures", recordó un figurante en
medio de la recreación de los estruendos de las explosiones.
Los franceses, vestidos de azul a la derecha del camino, y los
alemanes, ataviados de caqui a la izquierda, todos ellos inmóviles,
bayoneta en mano, conformaron un cuadro de época.
Más de 300.000 soldados de ambos lados perdieron la vida en una
batalla que duró 300 días y pasó a la historia como sinónimo de
carnicería. Para los franceses también es símbolo de resistencia y
sufrimiento.
Al final de la batalla, en diciembre de 1916, ninguna de las dos
líneas se había apenas movido del punto de partida. Pero no se trató de
un empate: los franceses lograron contener los asaltos repetidos del
enemigo, que nunca logró acercarse a menos de 5km de Verdún.
No olvidar
"Es importante estar aquí para honrar a quienes perdieron la vida.
Pero también para confirmar la amistad franco-alemana en un momento en
que los nacionalismos están exacerbados", comentó el secretario de
Estado francés para los Antiguos Combatientes y la Memoria, Jean-Marc
Todeschini.
Centenares de miles de soldados participaron en la batalla de Verdún,
esto es, más de tres cuartas partes del ejército francés. El último
superviviente falleció en 2008.
Para no olvidar, 2016 estará marcado por grandes conmemoraciones de
esta batalla en la que murieron 163.000 soldados franceses y 143.000
alemanes, y hubo al menos 300.000 heridos en ambos campos.
Tras la marcha en el bosque, este domingo estaba prevista una misa en
el osario de Douaumont, la necrópolis nacional donde están enterrados
los restos de 130.000 soldados, franceses y alemanes, caídos en la
batalla.
Además de los responsables políticos y de los invitados, una veintena
de jóvenes franceses y alemanes fueron invitados a los actos.
El 29 de mayo serán 4.000 los jóvenes de ambos países quienes
acompañarán en Verdún a la canciller Angela Merkel y al presidente
François Hollande. Ambos dirigentes llevarán un mensaje de paz, 32 años
después del histórico gesto de Helmut Kohl y François Mitterrand que,
tomados de la mano, se recogieron ante el osario de Douaumont.
AFP
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