Claudio Palma habló sobre Eduardo Bonvallet, su amigo. El relator
estrella del área deportiva del 13, que estuvo a punto de recalar en
Mega, se
sentó en el panel de Bienvenidos para revelar anécdotas del fallecido
comentarista deportivo, quien en su última entrevista alabó la amistad
que tenía con el “Negro”.
Palma desclasificó detalles de la última vez que estuvo con el ex
futbolista. Además, se refirió a la depresión que vivió Bonvallet. Esto
fue lo que dijo:
“Me escribió el otro día, cosas que evidentemente no puedo contar.
Estuvimos toda la tarde. Él fue fumador, bueno para el café. Estuvimos
hasta las seis, siete de la tarde, que nos despedimos. Lo noté más
triste… y con dos o tres cosas que evidentemente uno puede contar porque
ha escuchado de su familia contar. Estaba muy triste por, mira, lo vi
muy… lo vi muy dañado por las secuelas del cáncer. Había tenido el
problema en uno de sus ojos y le costaba mucho comer. Me dijo ‘disculpa,
pero me cuesta mucho’. Pidió carne y cerraba la boca dijo ‘esto ha sido
tremendo’.
“Eduardo oscilaba entre la locura que vivía, y que nos mostraba, con
todos sus dotes artísticos en televisión. Y una vez que se apagaba la
cámara, era otro un tipo muy humano. Yo no me he cansado de decir que
ayudó a mucha gente. Le gustaba mucho el tema de darle oportunidad a la
gente nueva. Yo no me inicie con él, pero llegué el 95 a la Radio
Portales. Me acuerdo que se hace una encuesta, de quién quiere, todo muy
democrático ‘¿A quién quieren como comentarista?’. Y todos empezaron,
‘el Bonva, el Bonva’. Yo no lo conocía a Bonvallet. Y ahí lo conozco el
año 95, trabajamos todo ese año y después recibió una oferta en la Radio
Nacional, que era una radio muy potente y me dice, ‘nos vamos’. La
oferta la recibe él. En el 95 nos lleva a todos, doblándonos en el
sueldo…
“No conozco a nadie, desde Felipe Bianchi, que hable mal de Eduardo
como persona. Era un tipo muy cálido. Era un tipo muy preocupado. Los
días 20, en la Radio Portales, agarraba su libretita el día viernes. Él
era muy solitario, siempre fue muy solitario. Y ya había explotado el
fenómeno Bonvallet en la radio. Entonces decía, ‘ustedes saben que me
gustaría tomarme un traguito y no puedo’”.
“Cuando estuve con él, lo noté más triste de lo habitual. Un tipo que
regularmente te mostraba su tristeza, pero a los 10 minutos te cagabai
de la risa con él. Fumador empedernido, bueno pal café y hay un tema de
la enfermedad que uno dice, avanzan los años y el sistema de salud, ni
hablar del público, el privado. Todos cotizamos. Me decía, ‘coticé
durante toda una vida y el cáncer me dejó en la calle’. Vuelvo a eso
porque me decía, ‘soy un muerto en vida. Me quiero comprar mi
departamentito aquí en providencia, ya que estoy solo y no puedo’….
Porque tú sabes que una enfermedad catastrófica, si no tienes seguros
médicos, seguros oncológicos, te va a comer. Me dijo ‘yo en la clínica,
en la clínica perdí un departamento’. Él tenía dos departamentos. Los
vendió. Y hoy día no podía acceder a la banca, no podía comprar, tenía
que seguir con el tratamiento, con pastillas, con medicamentos…”.
“Un doctor una vez me dijo, un psiquiatra, ‘en este país nadie dice
que va a los psiquiatras’. Y pedí hora y está llena tení hora para dos
meses más. Me dijo ‘es tremendo, si se me llega a morir un paciente, de
depresión’. Porque la depresión, en el papel es más fácil de tratar. Es
un estado emocional. Y yo conversé con varios cercanos y me decían que
parece que no estaba al día con los medicamentos y eso es trágico al
final…”.
“Me contaba su hijo que hace un par de semanas le dijo, ‘cuando me
muera, no quiero que llores’. Y mucha gente veía al hijo tan estoico. En
los dos días me dijo, ‘no puedo llorar, estoy destrozado, pero él me
pidió que estuviera al pie del cañón. Que lo representara, que no botara
ninguna gota de lágrima’. Era un todo Bonvallet. Trabajar con él una
hora diaria, era una intensidad misma. Como me dijo una vez un doctor,
‘nadie se suicida por los problemas, la gente se suicida por la pena’.
“Demasiado fuerte, estuve triste todo el… No quise, sabes que no
quise ir ayer porque les decía en menos de dos meses he perdido a tres
conocidos. Mi primo hermano, ingeniero, 50 años, le encuentran un cáncer
que en nueve meses, 10 meses, se va, dejando a 3 niños. Lo de Javier
Muñoz, que viajamos, que yo lo vi crecer profesionalmente, que hoy día
ya estaba… Yo veía a Javier Muñoz, un compañero de trabajo del CDF, en
su esfuerzo. La historia que tenemos todos para llegar arriba. Y esto
(muerte Bonvallet) fue un mazazo. Fue en mazazo fuerte. Ayer no quise,
en verdad, estar ahí porque me fui muy mal el sábado, fue una pena muy
tremenda…”.
“Lo quiero seguir recordando como un gran tipo, como el Eduardo
bondadoso, cariñoso. Gabriel, su hermano, decía ‘vivió 20 años más’. Los
que estuvieron más cerca de él evidentemente sabían que quizás en algún
minuto iba a tomar este camino. No se puede vivir. Los que saben de la
depresión lograrán entender lo que es vivir con una pena permanente. Yo
siempre digo, cuando alguien no cree en la depresión, les digo ‘quiero
que te acuerdes del minuto de pena de tu vida. Bueno prolóngalo en el
año y en el tiempo’. Y eso es tremendo…
“Yo me di cuenta una vez en Cali, fui a buscar un medicamento,
recorrí 3 kilómetros y no había ninguna farmacia. Será por el clima
dije. Pero en este país, hoy día la gente compra, se endeuda. Era
impensado. Anda con su tarjetita y se endeuda para comprar remedios en
cuotas. Esta es una sociedad enferma, enferma. Lo que pasa es que nos
hacemos los lesos”.
fuente: glamorama.cl
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